lunes, 1 de abril de 2013

¡DE QUÉ LIBERTAD ME HABLAS!


No, no hablaré del club de fútbol. Tampoco pienso hacer una apología libertaria tipo ensayo filosófico. Simplemente, me extenderé sobre un tema que comencé a discutir ayer (31/03/13) con Hugo Vera Ojeda, Presidente de la Fundación Libertad del Paraguay, a quienes no conozco. Ni a Hugo Vera (salvo por trenzarnos en FB), ni a la fundación, ni a la libertad a la que él se refiere.
Para desarrollar su teoría de lo mal agradecidos que somos con la libertad que disfrutamos, la fundamenta a esta (a la libertad, claro) en la de comprar las cosas con la moneda que elijamos, salir de nuestras fronteras y volver cuando se nos antoje, comprar arroz o azúcar, como para alimentar a un regimiento de caballería, criticar y hasta ponerles marcantes a nuestras autoridades.  
Luego, dice textualmente: “No se nos ocurre que los jabones todavía pasan desapercibidos en nuestros baños, muy por el contrario con lo que ocurre en la Habana, donde es moneda de cambio por favores sexuales de las hijas para con los turistas.”
Ya me estaba disponiendo a dar mi opinión en su post, cuando unas pocas líneas después leí: “Pero es bueno pensar también, antes de creernos los divos del mundo, que en nuestro querido Paraguay podemos estar aún mejores, como los hermanos de Liechtenstein.” ¡Ahí, exploté! Intercambiamos un par de idas y vueltas y la remató cuando, al señalarle que el pequeño principado europeo es uno de los más importantes centros de lavado de dinero y evasión fiscal, y que “Hablar de libertad y tomar como referencia a un país en el que la mujeres pudieron votar recién en 1984, y solo en ciertos casos, me parece de muy mal gusto, por no decir grosero.”, su respuesta me dejó anonadado. Me refutó diciendo que no es grosero “…que exista prosperidad porque los bancos no te preguntan de donde sacaste tu dinero para guardartelo porque esa no es su funcion sino de la fiscalia, del estado, de probar que hubo una conducta delictiva y no simplemente fijarse en el resultado que es el dinero...” (sic)
¡Mirá vos! ¿Así que la libertad está en que algunos tienen la posibilidad de comprar y vender sus dólares a gusto y ganas? ¿O entrar y salir del país cuando quieran?
Lo de las niñas cubanas siendo prostituidas por los padres a cambio de un pan de jabón, ya era historia en la década del ’60 cuando nos llegaban las revistitas enviadas por los norteamericanos para mostrarnos qué malos que eran los cubanos. Claro que algunas mamás de esas niñas, fueron prostitutas en los cabarets de la Habana cuando estos eran regenteados por los yanquis. De eso no se habla. ¿Sabrá Hugo Vera por cuánto se prostituyen las niñas en la terminal de Asunción?
Con lo de Liechtenstein, se me hizo el cortocircuito. ¡Pero mirá que hay que ser tarambana para pretender comparar Liechtenstein con Paraguay! ¡Qué bárbaro!
Y para completarla (para más rip, dirían los españoles) pretende defender que no importa el origen del dinero y que esa no es función de los bancos. ¡Este tipo vive en una burbuja! ¡Andá a abrir una cuenta corriente en España con más de USD 10.000! Hasta análisis de saliva te piden. ¿Y en Australia? para ir, no más, ya te piden demostrar el origen de tu dinero con base en los depósitos e informes bancarios, con un límite mínimo de ingreso de moneda en efectivo. Cómo será que un joven paraguayo quiso ir a estudiar y como garante presentó a una persona de una famosa y millonaria familia local y ¡no la aceptaron porque el origen del dinero no era demostrable! (Poseo en mis archivos nombres, fechas, datos de la embajada de Australia en Argentina, etc.)
Yo no soy zurdo, pero cuando estos defensores del capitalismo a ultranza, promotores de un liberalismo extremo y enfermos de impercepción crónica de la realidad circundante salen a decir pavadas, me inclinan, casi inercialmente, del centro hacia la izquierda.
¿Y la libertad? Un día de estos hablaré más de la libertad.

No hay comentarios: