viernes, 5 de abril de 2013

LA VIRTUD DE LA CRISIS


Y… sí. Una vez más me tengo que ir a los orígenes y ver qué decían los griegos. Crisis ( krisis /krisis ) deriva del verbo griego krinein (krinein) que significa “separar” o “decidir”. De ahí vienen “criticar”, “criterio”, entre otras.
El más remoto origen de crisis se remonta a la separación del cosmos (kosmos) del caos (caos), la separación del orden del abismo oscuro de la masa de materia sin forma.
 Todos, en algún momento, hemos atravesado una crisis. Hemos tenido que “ordenarnos”, salir de la masa oscura y confusa buscando poner en orden las ideas y el mundo circundante.
Hay momentos en los que las crisis son más evidentes. Este es uno de esos.
Las épocas electoralistas son necesariamente críticas. Todo es confuso. La política es confusa. Al menos, en los momentos en los que no puede haber la claridad que algunos quisiéramos que hubiera.
Si imaginásemos un sube y baja (palanca de primer grado) veríamos de un lado el cosmos, del otro el caos y en el medio la crisis. Si no hubiese crisis, no habría ni cosmos ni caos. No habría sube y baja. Sería una simple tabla tirada en el suelo. Y en una simple tabla tirada en el suelo, se confundirían el orden y el desorden. No estaría uno del un lado y el otro del otro.
Por eso es necesario que haya crisis. Para poder tener sentido crítico. Para poder decidir de qué lado me pongo para que se incline el sube y baja.
No sé si hoy los niños siguen jugando al sube y baja. Antes, en el pasado remoto, nos entreteníamos en las plazas y les pedíamos a los amigos que suban de nuestro lado para desbalancear al gordito y, una vez que lo lográbamos, nos bajábamos de repente haciendo que el gordito se cayese de golpe. No éramos malos ni existía el bullying. Éramos niños traviesos.
También, a veces, nos subíamos unos cuantos de cada lado y jugábamos a ver quién saltaba primero. De hecho, casi siempre nos golpeábamos todos. Los que saltábamos, los que pretendían quedarse, los que se bajaron a tiempo pero fueron empujados por los que caían…
Caramba… ¡Qué parecido! ¿No?
Bueno, la cuestión es que la crisis es necesaria para separar el orden del desorden. En qué termina después, es otra cosa.

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