Promover el uso de las pastillas del día después es una
muestra evidente de la ignorancia existente respecto de lo que es la educación
sexual.
En primer término, habría que hacer un curso especial para
profesionales de la salud, docentes y demás involucrados que hayan recibido sus
títulos antes de la semana pasada. Porque ni en las escuelas, ni en los
colegios, ni en los institutos de formación docente, ni en las universidades se
ha enseñado educación sexual. Nadie sabe de qué habla cuando habla de sexo.
Bueno, no digamos nadie, digamos la gran mayoría. Al menos, coincidamos, la
gran mayoría de los docentes, por ejemplo. Lo terrible del caso es que, por
ejemplo, los católicos ni quieren que se hable del tema. Entonces, cuando se
refieren a la Virgen María, los niños y niñas no tienen la más mínima idea de a
qué se refieren. Toman la comunión, por ejemplo, a los siete u ocho años,
venerando una supuesta virtud (la virginidad inmaculada) de la que saben menos
que lo que saben que significa “y trozada la augusta diadema enalzaron el gorro
triunfal” que, ya que estamos en repetir sin saber, repiten sin tener idea.
¿Cómo debería enseñarse educción sexual? Pues… ¡cómo debería
enseñarse todo! RESPONDIENDO PREGUNTAS Y DUDAS. No sirve de nada que una
maestra ruborizada por lo que tiene que decir, diga lo que nadie le preguntó
quedando, en muchos casos, por debajo del conocimiento de algunos chicos y
chicas en algunos campos que ella misma desconoce. A los chicos (¡uf!, y a las
chicas) les importa un corno qué son las trompas de Falopio o cuál es la
función de epidídimo o el método de Ogino-Knaus. Les preocupa mucho más saber por
qué se tienen poluciones nocturnas, cuál es la función del clítoris, por qué se
excitan los pezones, si es conveniente o no el sexo anal, cuáles pueden ser las
consecuencias del sexo oral, entre muchos, muchísimos más etcéteras. ¿Están
preparados nuestros docentes para responder estas cosas?
No alcanza con repartir condones y decirles que si tuvieron
sexo sin ellos, pueden recurrir a una pastilla el día siguiente. Es
imprescindible enseñarles qué es el sexo, cuáles son las ventajas de las
relaciones sexuales seguras y que éstas no son tan simple ni inocuas como salir
a dar una vuelta a la manzana.
Es imposible contrarrestar el bombardeo permanente de publicidades
que promueven las relacione sexuales para promocionar desodorantes, alcanzar el
éxito o qué sé yo qué.
El sexo, para los adolescentes, es mucho más importante que
saber qué pasaba en la medialuna de las tierras fértiles o si el Mcal. López
dijo muero con la patria o muero por la patria.
Una vez más, deberíamos plantearnos cómo encarar la
educación y comenzar a educar a los que deberán educar.