jueves, 12 de septiembre de 2013
LA SOCIEDAD ANORGÁSMICA
Rebuscando en los orígenes etimológicos de la palabra, me encontré con que orgasmo viene del griego, siendo uno de sus significados, plenitud. Asombrosamente, orgasmo lleva la raíz indoeuropea “werg” (sería “or-werg”) que significa trabajo (cosa que vemos más fácilmente vinculada al inglés work).
Siguiendo con las inferencias, podríamos decir que trabajo y plenitud tendrían una raíz común. Para no creer ¿no? Sobre todo cuando vivimos en una sociedad en la que el trabajo no pareciera tener nada que ver ni con la plenitud ni con el placer. Si a eso le sumamos la sentencia bíblica de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, como si trabajar fuese un castigo, listo, ¡cartón lleno!
Pero el asunto no va solo con el trabajo. Pareciera ser que si uno toma la vida con alegría, sonríe con asiduidad y trata a la gente con buena onda, uno no es una persona seria. Y no. No es así. Habemos gente seria que no estamos enfermos de solemnidad (Aprovecho para pelearme una vez más con la RAE. Según ella, debería haber dicho “Hay gente seria que no está enferma de solemnidad. Yo entre ella.” ¡Joder!). Sigamos. Para un montón de gente, si uno no anda con cara de culo y como oliendo caca, no es una persona seria. En el trabajo no se ríe. Quien se ríe solo, es un loco. Si uno saluda a un desconocido/a, es un desubicado. Pero lo peor de todo es en el trabajo. ¿Quién dijo que se trabaja mejor con cara de que me duele el hígado? ¡Estamos locos! No digo que todo sea luces de colores y fuegos artificiales, ni jardines de rosas, pero bastante tenemos con los conflictos propios de las actividades varias para, encima, mirarnos como bulldogs en celo.
EL TRABAJO COMO CASTIGO.
Además de la cita bíblica ya referida (Gen. 3), supongo que debe haber más escritos en el mundo respecto del trabajo como castigo. Por estos lados, el más conocido es el del Martín Fierro. Habitualmente se hace referencia a la segunda de las dos estrofas que copio a continuación. Pero miremos la primera, menos conocida y referida:
El trabajar es la ley,
Porque es preciso alquirir;
No se espongan a sufrir
Una triste situación:
Sangra mucho el corazón
Del que tiene que pedir.
¡Mirá vos! Es necesario trabajar porque “es preciso alquirir (adquirir)”. Ya en 1872 se instalaba la sociedad de consumo.
Vayamos a la estrofa más conocida:
Debe trabajar el hombre
para ganarse su pan;
pues la miseria, en su afán
de perseguir de mil modos,
llama en la puerta de todos
y entra en la del haragán.
¿Deberíamos seguir con el concepto del trabajo castigo?
En una publicación de mayo/2013 (http://oboubee.blogspot.com/2013/05/que-el-trabajo-que.html) hice referencia a la virtud del trabajo. No puedo ni imaginar que aquí se acabe el tema, muy extenso por cierto. Simplemente, una vez más, invito a reflexionar. ¿No será momento de revisar los conceptos de seriedad, trabajo, felicidad, alegría?
Muchas empresas (Google, por ejemplo) encontraron otras opciones para encarar la actividad laboral. Algunas, aplican el criterio “off site” (trabajar desde la casa, por ejemplo). Se aceptan ideas.
DEFENDIENDO AL CAPITAL
(La ilustración corresponde a la obra “Riqueza y pobreza” de autor anónimo del S. XVII. Antes de que se conociese el término zurdo y de que Marx escriba El capital)
Algunos trasnochados defensores de un supuesto liberalismo extremo, tienen la vocación sistemática de pretender infravalorarme con base en la reiteración permanente de teorías, dogmas e innumerables fórmulas extraídas de libros de supuestos gurúes de la economía universal. Además, como una suerte de crítica ad hominem, me cuelgan el sanbenito de socialista, zurdo e ignorante en materias como la economía, por ejemplo.
La grata ignorancia que fielmente me acompaña desde el primer atisbo de acceso al conocimiento, alienta constantemente mi búsqueda de respuestas. Sin más opción que recurrir al remanido concepto socrático del “solo sé que no sé nada”, dejo expresa constancia de mi absoluta ignorancia. Y no solo en economía. No sé nada de nada. Apenas vislumbro algunas tenues luces de algún mínimo conocimiento, que solo alcanzan para mostrarme el inmenso universo de lo que queda por conocer.
Hasta acá, venimos bien. Coincidimos. Soy un ignorante. Pero, de allí a tratarme de tarado, hay un cierto camino que no pienso conceder.
Entre los aberrantes extremos de un capitalismo salvaje y un comunismo fracasado e inaplicable, hay (percibo) una amplia gama de variables con más o menos algo de cada cosa.
Si Juan tiene 10 pelotas y Pedro ninguna, las estadísticas dirán que el promedio es de 5 pelotas cada uno. Pero Juan tiene 10 y Pedro ninguna.
Si Bartolo nació en una familia de clase media, en el barrio Carmelitas (pongamos por caso), y Ramón en una familia pobre en Villa Hule del Bañado Tacumbú (pongamos por caso), Bartolo tiene más posibilidades de éxito profesional, social o personal (o como queramos llamarlo) que Ramón.
Hasta acá podemos coincidir ¿verdad? Bien. Sigamos.
Cuando Henry Paulson, ex secretario del Tesoro del país más capitalista y liberal del planeta, impulsó el programa TARP (Troubled Asset Relief Program, también conocido como Plan Paulson), para aliviar la crisis financiera norteamericana en octubre de 2008, auxiliando con más de 25 billion dollars (25.000 millones de dólares, en nuestras latitudes) evitando así el quiebre del Citigroup Inc., JP Morgan Chase & Co., Wells fargo & Co., Bank of America Corp., entre otras inc. y corp. varias, los trajeados “cerebros” de Wall Street ni se inmutaron. Ni se les ocurrió salir a decir que en un mercado de libre capital (y, por ende, de libre empresa o a la inversa, como quieran) cada uno debe salvarse por las suyas, sin ir a pedir la escupidera (bacín) al estado. ¡Cómo el estado va a intervenir en el libre comercio! Eso es un pecado comunista. Es una barbaridad del estado paternalista. ¿Qué es eso de subsidiar?
Claro que si uno pretende que el estado invierta en educación, en tratar de reducir las asimetrías, en tratar de que, si Juan tiene 10 pelotas y Pedro ninguna, se encuentre alguna manera de que, al menos, Pedro acceda a una (y ni siquiera propongo que se lo deje a Juan con 9), uno es un zurdo-comunista-socialista ignorante-iluso y tarado. ¡Joder!
Cuando mozalbetes ensoberbecidos, que apenas asomaban por los canales naturales a lo que cabría desearles que vuelvan, mientras uno transitaba por los pasillos universitarios, esquivando los palos de la intolerancia de ambos bandos en pugna por imponer (a través la violencia, que no distingue lateralidades) sus dogmas y doctrinas sin aceptar (¡ni modo!) el libre pensamiento, suelen darme ganas de perder la mesura. Claro que, como ya la he perdido tantas veces, es una de las pocas cosas que puedo decir que aprendí a controlar. Y tampoco estoy tan seguro de haberlo aprendido.
LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD.
Tal como ocurre con el tema de los Derechos Humanos, la gente suele confundir la cosa individual con la cosa del estado.
Los seres humanos, imperfectos por naturaleza, somos, todos, corruptibles. En la versión más mercantilista de la cosas, todo hombre (y mujer ¡desde luego!) tiene su precio. La diferencia es la moneda de pago. Para unos será el dinero contante y sonante; para otros, la fama; para otros, los halagos de una mujer (o a la inversa, o todo lo contrario, o como sea). Lo que pareciera cierto es que todos, o casi todos, somos corruptos en potencia. Esa es una cuestión individual. Pero la impunidad, no.
La impunidad es un concepto social. Ya no es la persona quien se declara impune, sino la sociedad la que consiente que así sea. Y cuando digo sociedad, en este caso, me refiero al Estado, especialmente. Porque si bien la sociedad (vos, yo, el vecino…) puede condenar al oprobio a un corrupto, al corrupto no le hace mella. Por eso es corrupto. Pero si el estado lo condena, si le quita lo que obtuvo por la vía de la corrupción, si lo sanciona con la cárcel, si le hace saber que no lo ampara, se acaba la impunidad.
Etimológicamente, impunidad deriva del latín impunitas, impunitatis (libertad absoluta, desenfreno, exceso que no recibe freno o castigo alguno). De allí que impunis se refiere a quien queda sin castigo, indemne.
Y si alguien sabe que haga lo que haga no tendrá ningún castigo por ello, hará lo que quiera, sin medir el daño que provoque.
Y ese es el gran problema. Además, comienza desde niños y en la casa. Si no hay educación para conocer los riesgos, si no hay límites para evitarlos, si se transgreden los límites y no hay sanción, es muy fácil (¡facilísimo!) convertirse en un corrupto. Máxime cuando a nadie le importa de dónde salió el dinero que ostentan y una pléyade de cepilleros que rapiñan las sobras, pulula en torno rindiendo honores al deshonor. La solución para la corrupción, es la educación. Para la impunidad, la justicia.
Los seres humanos, imperfectos por naturaleza, somos, todos, corruptibles. En la versión más mercantilista de la cosas, todo hombre (y mujer ¡desde luego!) tiene su precio. La diferencia es la moneda de pago. Para unos será el dinero contante y sonante; para otros, la fama; para otros, los halagos de una mujer (o a la inversa, o todo lo contrario, o como sea). Lo que pareciera cierto es que todos, o casi todos, somos corruptos en potencia. Esa es una cuestión individual. Pero la impunidad, no.
La impunidad es un concepto social. Ya no es la persona quien se declara impune, sino la sociedad la que consiente que así sea. Y cuando digo sociedad, en este caso, me refiero al Estado, especialmente. Porque si bien la sociedad (vos, yo, el vecino…) puede condenar al oprobio a un corrupto, al corrupto no le hace mella. Por eso es corrupto. Pero si el estado lo condena, si le quita lo que obtuvo por la vía de la corrupción, si lo sanciona con la cárcel, si le hace saber que no lo ampara, se acaba la impunidad.
Etimológicamente, impunidad deriva del latín impunitas, impunitatis (libertad absoluta, desenfreno, exceso que no recibe freno o castigo alguno). De allí que impunis se refiere a quien queda sin castigo, indemne.
Y si alguien sabe que haga lo que haga no tendrá ningún castigo por ello, hará lo que quiera, sin medir el daño que provoque.
Y ese es el gran problema. Además, comienza desde niños y en la casa. Si no hay educación para conocer los riesgos, si no hay límites para evitarlos, si se transgreden los límites y no hay sanción, es muy fácil (¡facilísimo!) convertirse en un corrupto. Máxime cuando a nadie le importa de dónde salió el dinero que ostentan y una pléyade de cepilleros que rapiñan las sobras, pulula en torno rindiendo honores al deshonor. La solución para la corrupción, es la educación. Para la impunidad, la justicia.
LA PARANOIA DE LOS CONSPIRANOICOS.
¿La Mossad está cercando al gobierno para controlar el Acuífero Guaraní? ¿El EPP es la excusa para iniciar un proceso de militarización del país? ¿Los EE UU están instalando sus bases de la CIA y el FBI en el Paraguay? ¿El desplazamiento de los colorados del gobierno forma parte de un plan de HC para armar un nuevo partido e integrar el gran Poder Mundial? ¿Van a descongelar a Walt Disney para que logre que el Pato Donald se presente a las próximas elecciones? ¿Las fiestas sexuales son un renacimiento de Sodoma y Gomorra y el benemérito concejal es el nuevo Lot de la nueva era?
Suelo tener bastante imaginación pero, una vez más, la realidad supera a la ficción.
Es muy probable (todo así lo indica) que la alimentación será (es) el gran problema de la humanidad. Y el agua potable, forma parte de ellos. De la alimentación y, en consecuencia, del problema.
No sé si es que no tengo toda la información necesaria y tampoco sé si hay alguien que la tenga. Me parece, es una percepción absolutamente personal, que la problemática internacional del hambre y las dominaciones por un trozo de pan (y un poco de agua) no están a la vuelta de la esquina. Quizás sea el egoísmo de suponer que no me quedan 50 años de vida como para priorizar estos problemas y que, en tal caso, serán los jóvenes de hoy quienes deberán prepararse para ello. Y este sí es nuestro problema.
Temo que, por mirar tan lejos y preocuparnos por cosas tan importantes, dejemos de mirar el hoy y de ocuparnos de las soluciones inmediatas a los problemas acuciantes. Aquí y ahora.
Hay mucha gente que está pasando hambre y que no tiene agua potable. Esto requiere un tratamiento inmediato y una solución urgente.
El nuevo gobierno recién transita su primera semana de vida y es imprescindible que todos sumemos nuestros esfuerzos para que se logren los objetivos más inmediatos. Más allá de los colores, de las banderas, de los intereses individuales. Digo, no sé, me parece…
Suelo tener bastante imaginación pero, una vez más, la realidad supera a la ficción.
Es muy probable (todo así lo indica) que la alimentación será (es) el gran problema de la humanidad. Y el agua potable, forma parte de ellos. De la alimentación y, en consecuencia, del problema.
No sé si es que no tengo toda la información necesaria y tampoco sé si hay alguien que la tenga. Me parece, es una percepción absolutamente personal, que la problemática internacional del hambre y las dominaciones por un trozo de pan (y un poco de agua) no están a la vuelta de la esquina. Quizás sea el egoísmo de suponer que no me quedan 50 años de vida como para priorizar estos problemas y que, en tal caso, serán los jóvenes de hoy quienes deberán prepararse para ello. Y este sí es nuestro problema.
Temo que, por mirar tan lejos y preocuparnos por cosas tan importantes, dejemos de mirar el hoy y de ocuparnos de las soluciones inmediatas a los problemas acuciantes. Aquí y ahora.
Hay mucha gente que está pasando hambre y que no tiene agua potable. Esto requiere un tratamiento inmediato y una solución urgente.
El nuevo gobierno recién transita su primera semana de vida y es imprescindible que todos sumemos nuestros esfuerzos para que se logren los objetivos más inmediatos. Más allá de los colores, de las banderas, de los intereses individuales. Digo, no sé, me parece…
viernes, 9 de agosto de 2013
LA POESÍA COMO UN RÍO DE PALABRAS.
LA
POESÍA COMO UN RÍO DE PALABRAS.
©Oscar
Boubée.
Exposición
realizada el 08/08/2013 en el “4º Simposio Internacional de Humanidades”
Universidad
del Norte – Asunción - Paraguay
Como
el río de Heráclito, la palabra muta. Y
en ese constante devenir, las palabras, se rompen, se deshacen y se
reconstruyen en monstruosos remolinos léxicos, que se agrupan y se disuelven,
como en una danza cósmica, fluyendo en ríos de poesías. Y la poesía, en ríos de
palabras.
En
palabras que dejan de ser lo que eran para ser lo que quieran.
Palabras
en libertad, liberadas de significados y significantes predeterminados para
volar en la significación de mucho más que la cosa referida, confundiéndose, no
por polisemia, sino como metales unidos en una nueva identidad.
La
poesía es el altar de la palabra.
En
la poesía, la palabra hiere, mata, cura… Es bálsamo y veneno, caricia o espada…
Dicen
que la poesía más antigua que se ha encontrado es de unos 4.000 años atrás.
Parece que fue encontrada en Nippur, junto a unos documentos legales.
Cierta
vez, en uno de mis escritos en los que he lucubrado respecto del origen de la
palabra escrita, decía que la grafía, la necesidad de plasmar lo más
indeleblemente posible algo, había surgido como una necesidad para determinar
las propiedades, enumerar las cosas, identificar a sus dueños, establecer los
dominios, perpetuar la pertenencia.
Es
muy probable, y digo probable porque la certeza es ajena a nuestra condición
humana y, paradójicamente, su búsqueda es la que hace a nuestra humanidad, es
muy probable, digo, que junto a los que valoraban las cosas materiales y su
posesión por sobre todas las cosas, hubo, parece haber habido, cabe suponerse
que así haya sido, quienes querían dar más que materialidades. O reclamarlas.
Demandarlas. Pedirlas.
Esa
poesía encontrada en 1880 en Nippur (la región que hoy ocupa Irak), datada en
unos 4000 años, está expuesta en el Museo del Antiguo Oriente, dentro del Museo
Arqueológico de Estambul, dice:
(Cita)
“Novio mío, próximo a mi corazón, grandiosa es tu belleza. Me has cautivado,
déjame presentarme temblorosa ante ti. Novio mío, seré llevada al dormitorio.
Novio mío, has obtenido placer de mí. Cuéntale a mi madre, que te dará
delicias; también a mi padre, que te dará obsequios.” (Fin de la cita)
Agrego:
Hoy nadie diría que le cuenten ni a la madre ni al padre, claro. Estos se darán
cuenta al ver una persona más a desayunar.
Otra
civilización que ha estado siempre vinculada a los orígenes de la artes, es la
Egipcia. De ella rescatamos esta exquisita muestra de poesía cuya vigencia,
estilística y conceptual, asombra.
(Cita)
¿Se
puede querer...sin ver?
¿Se
puede querer...sin oler?
¿Se
puede ver...sin saber?
¿Se
puede vivir...sin sentir?
Hasta
la locura te puedo querer...
Entonces...sin
ver, ni oler, sin saber sin sentir... ¿no es eso querer?
Te
puedo sentir...sin saber
Te
puedo tocar...y vibrar
Te
puedo cantar...en soledad
Te
puedo amar...como al mar y llorar
Entones...cantar
al mar en soledad y vibrar
¿No
es eso amar?
(Fin
de la cita)
Con
el mayor de los respetos por los traductores presentes, sabemos que al pasar de
una lengua a otra, también se convierten, se mudan, se explican y se
interpretan las palabras, los textos (y la RAE, así lo afirma en sus acepciones
de la entrada traducir).
Y
de las antiguas tabletas de la antigua Nippur (sí, ya había tablets, pero de
cerámica) o de los papiros que soportaban la poesía egipcia en jeroglíficos, los
emoticones de entonces, a la palabra escrita en nuestro castellano de hoy, cabe
suponerse que se han producido adecuaciones. Pese a ello, sabemos que, desde
los más remotos tiempos y en las más disímiles culturas, desde sumerios,
egipcios, hindúes, celtas, hebreos, chinos, griegos, romanos, hasta los
mapuches de Chile y los habitantes de Tenochtitlan o la más tierna quinceañera
de hoy en cualquier lugar del mundo, la palabra “corazón”, por ejemplo, además
de identificar al órgano encargado de bombear la sangre, ha pasado a ser el
lugar en el que reinan las emociones, los sentimientos, incluso el alma, según
Platón (aunque éste dividía una inmortal, que ubicaba en la cabeza, y otra
mortal que, sí, radicaba en el corazón) o Aristóteles (quien sí ubicaba el alma
en el corazón), o el gran pensador francés del siglo XVII, Blaise Pascal, quien
dijo la remanida frase usada en cada San Valentín “el corazón tiene razones que
la razón no conoce”.
Como
vemos, el corazón no es el corazón al que se referiría un cardiocirujano. Pero
es la misma palabra. Corazón. Igual y distinta.
Y
cuando el poeta egipcio dice “Hasta la locura te puedo querer...”, no está
exponiendo su amor al estudio de un sicoterapeuta o a un siquiatra. No es la locura
científica. Es la locura del amor. La locura, no es la locura. Es la misma
palabra. Igual y distinta.
Y
como decíamos al principio, como el río de Heráclito, la palabra muta.
Pero…
¿Qué es la poesía, más allá del concepto poético usado al decir que es el altar
de la palabra?
Platón,
utilizó la palabra griega ποίησις, correspondiente a «poesía», y en ella abarcaba
el concepto actual de literatura.
Para
algunos academicistas, es el arte del
lenguaje cuyo fin inmediato es expresar o sugerir por medio de la palabra, el
ritmo, la armonía y la imagen…
Para
otros, es el arte de evocar y sugerir sensaciones, emociones e ideas por medio
de la palabra, sujeta a ritmo, medida y cadencia, en especial cuando estos
toman la forma regular del verso.
En
este contexto, y atendiendo a la íntima relación entre lo fónico y lo semántico,
entre el sonido y el sentido de las palabras, comenzaríamos a transitar un
camino repleto de sílabas tónicas y
átonas, sinalefas, hiatos, sinéresis, diéresis, anáforas, aliteraciones,
rimas asonantes o consonantes y sus muy variadas combinaciones: rima gemela,
rima cruzada, rima encadenada, rima abrazada, rima interna, etc. etc. Y ese
camino, nos llevaría a los intrincados laberintos en los que se han extraviado
innumerables voluntades de poetas inéditos.
Porque,
la poesía, es mucho más que palabras, oraciones y rimas. Y, acá, se me hace
imposible eludir esa poética definición que, estoy seguro, a muchos les viene
surgiendo en la mente al decir ¿Qué es poesía?
¿Qué
es poesía?, dices mientras clavas
En
mi pupila tu pupila azul.
¡Qué
es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía
eres tú.
(Gustavo
Adolfo Becquer).
Tengo
cierto pudor al ocupar este lugar ante tantos eruditos de la literatura, y
especial responsabilidad ante los estudiantes que puedan haber venido esperando
encontrar un análisis serio de la poesía. Son pocas las cosas que he hecho en
serio en la vida. Y, en cierta medida, a eso responde el haber aceptado esta
inmerecida oportunidad de hablar ante ustedes: Invitarles a ser cómplices de mi
propuesta.
Quizás
porque mi infancia haya crecido junto a un bello río (pequeño río o gran
arroyo, vaya a saberse) en el que nos bañábamos, jugábamos, nos divertíamos y,
ya en la adolescencia, mirábamos desde la costanera acompañados de quien
usufructuaba nuestro apasionado corazón e inspiraba nuestros poemas, el río y
la poesía tienen, para mí, una suerte de connotación lúdica, de divertimento,
aún cuando las primeras poesías (¡Cuándo no! ¡Desde luego!) estaban impregnadas
de dolor, de angustia, de emociones, de… DE AMOR.
Yo
no confío demasiado en la creatividad de los que leemos mucho. Bueno,
disculpen, reformulo. A veces me cuesta creer en mi propia creatividad. Siempre
pienso que lo que se me ocurre ya se le debe haber ocurrido a alguien antes que
a mí.
Cuando
me invitaron a participar de este simposio, al preguntárseme el título de mi
tema, dije “La poesía como un río de palabras”.
Ya
casi viniendo hacia aquí (tuve meses para hacerlo, pero siempre termino
escribiendo a las apuradas) recordé lo que había olvidado. Yo no había
inventado nada.
Rivières
d'Images et Fleuves de Mots (RIFM) es un proyecto educativo basado en explorar
el río, cruzando la educación ambiental y la expresión artística. Está
vinculado a Rivers Networks, entidad dedicada a la concienciación ambiental en
las principales cuencas hidrográficas en Europa. El proyecto comenzó con el río
Elba. Luego se extendió al Loire (el Loira) y ha encontrado eco en España, en
Australia, incluyendo la clase aborigen y más recientemente en Tailandia. Y fue
precisamente en Australia, en Melbourne, donde hablábamos del uso de la
naturaleza para desarrollar la educación.
Y
así como el río, los ríos, todos los ríos que indefectiblemente van al mar, la
palabra, las palabras, todas las palabras fluyen hacia un océano inmenso: el de
la comunicación.
Y
la poesía, como aquel navío ebrio del transgresor Rimbaud, navega cargada de
palabras, envuelta en la palabra y sobre la palabra. Y la palabra se hace río,
se vuelve río, se crece río. Un río singular, un río de tres orillas, como éste
que nos ha convocado hoy.
La foto corresponde al Calvú leovú (arroyo/río azul), en la ciudad de Azul, Pcia. de Buenos Aires. Argentina
viernes, 5 de julio de 2013
LA CIVILIZACIÓN DEL ESPECTÁCULO Libro de Mario Vargas Llosa
Veamos que nos dice el propio autor con relación a su libro:
“¿Qué quiero decir con civilización del espectáculo? La de
un mundo en el que el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el
entretenimiento, donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión
universal. Este ideal de vida es perfectamente legítimo, sin duda. Sólo un
puritano fanático podría reprochar a los miembros de una sociedad que quieran
dar solaz, esparcimiento, humor y diversión a unas vidas encuadradas por lo
general en rutinas deprimentes y a veces embrutecedoras. Pero convertir esa
natural propensión a pasarlo bien en un valor supremo tiene consecuencias a
veces inesperadas. Entre ellas la banalización de la cultura, la generalización
de la frivolidad, y, en el campo específico de la información, la proliferación
del periodismo irresponsable, el que se alimenta de la chismografía y el
escándalo.”
No es mucho lo que puedo agregar al respecto. Me resta
invitar a leerlo y reflexionar, como ha sido mi caso, sobre la validez de
diferenciar la “cultura culta” de la “cultura sociológica”, por buscar una
manera de diferenciarlas.
Si bien por un lado coincido con Vargas Llosa respecto de
que hoy por hoy cualquier cosa puede ser “cultura” y cualquier esperpento llamado
“arte”, me preocupa caer en el clisé de valorar a la “alta cultura” (como él la
define) por sobre las manifestaciones populares o limitar al arte a los cánones
ya perimidos, circunscribiéndolo a ciertos modelos heredados del renacimiento.
Te invito a leerlo, no porque sea un libro de conclusiones
sino, por el contrario, por serlo de reflexiones y disensos.
martes, 2 de julio de 2013
LECHÓN ARROLLADO
No, no es una receta de cocina. Hoy (02/06/2013), a eso de
las 11 de la mañana, llegaba al semáforo (en verde) de Artigas y Venezuela. De
repente, una piara (manada de chanchos, cerdos, porcinos) incluyendo el
chancho, la chancha y un montón de chanchitos, decidió cruzar Artigas sin mirar
el semáforo, obvio. Los grandes pasaron de una, salvo un lechón, pequeño
desmamante que, falto de experiencia en eso de andar cruzando avenidas a esa
hora del día y en tal lado, se ve que se estresó y se achanchó, es decir, se
quedó casi quieto delante de una moto que, como casi toda moto, iba conducida, no
por
un lechón, pero sí, evidentemente, por uno también falto de experiencia en
eso de andar cruzando avenidas a esa hora del día, quien, con total impericia,
en vez de sortear al lechoncito, apretó los frenos y se lo comió, bueno, se lo
llevó por delante. Mejor dicho, por encima. Lo arrolló, anticipando lo que bien
podría haber sido su destino final ineludible. Yo, por suerte, más confiado en
el volante que en el freno, los eludí a los tres (lechón, moto y destino). El
de atrás confió en los frenos y se dio contra la moto, y el de atrás del de
atrás, con el de atrás… y no sé más porque, no habiendo heridos, salvo el pobre
lechón de destino ineludible (aunque a decir verdad, me parece que zafó, al
menos por el momento, de la consecuencia de haber sido arrollado), seguí mi
rumbo (o mi destino, qué sé yo).
¿Te parece lógico que en el cruce de dos avenidas tan
transitadas, en un horario de tanto tráfico, pueda cruzar alegremente una piara
o una manada de lo que sea?
Después llegué a Madame Lynch y Autopista y me encontré con
un montón de motos. Pensé lo miso.
domingo, 16 de junio de 2013
LA CARRERA DE PADRE.
Como previa a la carrera de padre, comencé practicando como
tío. Así, cuando nació mi primera hija, ya sabía cambiar pañales (¡de los de
tela!), bañarla, prepararle la comida (aunque sus variantes eran muy pocas) y
hacerla dormir. Después, por esas cosas de la vida y las singularidades propias
de mi propia vida, tuve más hijos. Más. Muchos más.
Además de mis hijos biológicos, como si fuesen pocos, sumé a
mis hijos de corazón. Más. Muchos más.
Cuando pienso que a veces me equivoqué por tal o cual razón,
aparece un hijo (o una hija, claro, se entiende) a decirme que para él (o ella)
no estuve equivocado. Así que lo que para unos fue bueno, para otros puede no
haberlo sido. Y viceversa.
No sé si porque mi padre murió cuando yo tenía quince años y
poco después me largué a vivir solo, tomé muy en serio lo dicho por Kahlil
Gibran.
“Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa
de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te
pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos
tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures
hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos, como flechas vivas, son
lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad”.
En el Día del padre, agradezco a mis hijos el ayudarme a
aprender a serlo (¡espero terminar de aprender algún día!).Todos, están en mi
corazón. Si, como dice el poeta, no puedo visitar, ni en sueños, sus casas del
mañana, ellos y ellas habitan y habitarán mi casa del siempre.
¡Feliz día, hijos, por permitirme vivir el DÍA DEL PADRE!
jueves, 13 de junio de 2013
GUSTAVO PRESIDENTE
La permanente aparición en FB, y otras redes sociales, de
comentarios reivindicatorios del nefasto período stroessnerista, en los que se
nota la absoluta falta de interpretación de los hechos históricos y la
incidencia de estos en el devenir de las sociedades, pretendiendo justificar con
supuestas virtudes aparentes (ausencia de violencia civil, aparente paz,
supuesto bienestar económico, etc.) el encumbramiento de la corrupción, el
despotismo y la inoculación de los más perversos vicios en la matriz de la
sociedad (desprecio por el estudio y la formación intelectual; valoración del
prebendarismo; implementación del delito de contrabando como forma de trabajo
asumido como legal; violación sistemática de los derechos inalienables de las
personas, como los de pensar, disentir, analizar, entre otros muchos males), me
llevó a recordar el título del libro de mi querido y lamentablemente ausente
amigo, Santiago Trias Coll.
Fue precisamente con el lanzamiento de su libro que da
título a esta nota, que nos conocimos en 1990. Tal como lo recuerda el sitio
Portal Guaraní, ese año le entregamos a Santiago el Premio Curupayty, cuando
era esa la radio dedicada a la difusión y promoción del hacer cultural del país
y tenía yo el honor de ser el conductor de sus programas emblemáticos, contando
para ello con el apoyo de todos y cada uno de los que hacían a la radio. Desde
su Directora de entonces, Chony Calderón, hasta cada uno de los operadores.
Quienes compartimos las singulares circunstancias de la entrega
de los premios ese tan especial 26 de diciembre, saben de cuántos sentimientos
hacen de ese día una fecha inolvidable.
Con Santiago Trias Coll, establecimos una amistad sólida y
entrañable que duró hasta su muerte, en 1996, a sus tempranos 50 años.
En cada una de nuestras tantas charlas, analizábamos, con Santiago,
las tantas y cuantas virtudes que hacían de este querido Paraguay el lugar
elegido para llevar adelante nuestras vidas. También, lógicamente, nos dolían
visceralmente los vicios que infectaban el cuerpo social de nuestro país
adoptivo (o adoptado).
Hoy, cuando veo cómo persisten algunas de las bacterias
inoculadas, con la pertinaz resistencia de las especies pestilentes (como las
cucarachas a los venenos), no puedo menos que recordar algunas palabras de
Ricardo Caballero Aquino en el prólogo del segundo “Gustavo presidente”: “Lo
que hubiera pasado si… Entre las preguntas más imbéciles con que se puede
importunar a historiadores profesionales, descuella esa donde se le pide que
lucubre algunas de las posibilidades si en lugar de ocurrir lo que aconteció,
hubiera tenido lugar lo contrario”.
¡Cuántas páginas increíbles habría escrito Santiago en
estos, también increíbles, veintipico de años!
¡Salut, inoblidable amic!
jueves, 6 de junio de 2013
¿MALDECIR ES DECIR MAL?
De ser así, hay muchos malditos. Y malditas. Muchos y
muchas, ellas y ellos, todos y todas.
¿Por qué se empecinan en decir proveído (Que según la RAE
es: Resolución judicial interlocutoria o de trámite) cuando lo que quieren decir
es provisto?
No sé qué otra locura le agarró a un montón de ¿periodistas?
que empezaron a usar un americanismo plurívoco cuando existe un término unívoco
y universal en el mundo de habla hispana. Plagio, en su primera acepción y
utilizada como tal desde el principio de los tiempos, se aplica a la acción y
efecto de plagiar, es decir, copiar obras ajenas. No sé de dónde ni porqué, se
estableció el uso para referirse al hecho de secuestrar a alguien. Sí, claro,
la RAE lo aceptó. ¡Qué más le queda! La lengua es dinámica y muta, pero ¿para
qué cambiar algo claro y unívoco (secuestrar es secuestrar, clara e
inequívocamente) por algo confuso y plurívoco (plagio puede ser copiar la obra
de otro o secuestrar)?
El pequeño revolucionario que hay en mí (o el burgués
conservador, no sé) se resiste a aceptar que dé lo mismo impreso que imprimido
o que se haya incorporado fritar por freír. O producí por produje. ¡Puaj!
Me maldecirán, pero evitaré mal decir.
DESPUÉS, NO NOS QUEJEMOS.
Hoy (05/06/2013) leí que un albergue que atiende las necesidades básicas
de unos 50 niños indígenas (indigentes), deja de funcionar por falta de
recursos.
Eso puede llegar a significar que podría ocurrir que en las
calles pueda haber 50 nuevos adictos a la cola de zapatero, 50 nuevos
limpiavidrios, 50 nuevos peajeros, 50 nuevos tortoleros, 50 nuevos…
desamparados.
Sé que es una responsabilidad del estado y que para eso se
pagan los impuestos. Todos lo sabemos. Todos decimos más o menos lo mismo.
Pero, también, todos sabemos que lo que se recauda de los impuestos no siempre
(¿?) llega al destino que debería llegar, quedándose, en sumas considerables,
en sueldos de senadores, diputados, funcionarios múltiples, choferes, viajes, viáticos,
cenas, oropeles, parafernalias y fruslerías.
Es vergonzoso enterarse de que el Congreso se dispone a
gastar G. 350 millones en pines de oro que lucirán los parlamentarios en el
juramento de la nueva legislatura, cuando los niños del albergue solo necesitan
G. 144 millones para cubrir el rubro para alimento de un año. Vergonzoso y
vergonzante.
Erradicar a la pobreza es un problema de estado.
Asistir a los pobres, es una responsabilidad de todos.
Especialmente de quienes manifiestan y defienden sus confesiones religiosas
inspiradas en el amor al prójimo.
Me parece excelente que se apoye a Teletón con su comilona
anual. Pero, pregunto: ¿No sería matar dos pájaros de un tiro si, en vez de ir
a comer como unos desaforados, se hiciesen comilonas igualitas, con los famosos,
las empresas, los fotógrafos, las cámaras… y la comida se le diese a los pobres
que no tienen qué comer? Hacemos todo igual, con la diferencia de que iríamos,
pagaríamos por uno o dos o los platos que queramos pagar, nos tomarían las
fotos, saldríamos en la tele pero, en vez de comer nosotros (que en casa no nos
fala), en las mesas estarían sentados chicos de la calle, de guarderías,
indígenas… ¡qué sé yo! Seguro que no habrá de faltar a quiénes invitar.
Que se cierre por falta de recursos un albergue que brindaba
amparo a 50 niños, no es una injusticia. ¡Es una barbaridad!
…Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, ASÍ COMO…
…Jaeggli va a perdonar a los transportistas.
El planteo del Presidente del Congreso, no es, tal como
muchos piensan, una propuesta descabellada. En el mundo capitalista, es normal.
Se llama moratoria y se aplica de forma directa o encubierta en infinidad de
casos. El problema no es que condonen las deudas de papel. Lo complicado del
caso es la instauración, una vez más, de la impunidad. Y el sostenimiento de un
sistema que no sirve. Cuando se habla de “servicio público de pasajeros”, no
significa, solamente que el público puede usarlo. Se denomina así, porque
debería ser lo que dice: servicio público. Y, para ello, no puede estar en
manos privadas. Para eso están los servicios privados de pasajero. Como los
taxis, por ejemplo. Pese a lo cual, de manera incoherente, también están
regulados. Y es ese jopara de público pero no tan público y privado no tan
privado lo que complica la cosa.
El estado debe proveer un servicio público, con buenos
colectivos, a un precio regulado, para que TODOS puedan acceder al transporte.
Por otra parte, deberían habilitarse servicios diferenciados, con aire
acondicionado, butacas reclinables o lo que quieran, para que el sector privado
brinde otros servicios liberados de toda regulación. Que las leyes del mercado
se encarguen de regular. Sé que es mucho pedir, pero sería bueno que nos
saquemos de encima la sempiterna polaridad inconducente de socialismo o
capitalismo. Todo a cargo del estado o nada a cargo del estado.
Volviendo a la condonación de las deudas, es probable que no
haya más soluciones. También debería hacerse una moratoria tributaria y ver una
negociación análoga con las deudas al IPS. NO ME GUSTA COMO SOLUCIÓN, pero,
reitero, es muy probable que no haya otras.
La cuestión más seria es el después. Cómo implementar las
renegociaciones. Y aquí no hay muchas opciones. Solamente con garantías reales
y cláusulas punitorias claras, precisas y de ejecución sumaria. Como se hace en
la sociedad más capitalista del mundo. En EE. UU. no pagás la cuota del auto y
aparecen unos tipos (empresas privadas, también) que te lo levantan con una
grúa y se lo llevan. Así de simple. Lo mismo con las hipotecas. No se andan con
vueltas. No pagás y chau che.
¿Qué con la moratoria se benefician los pillos? Y… sí. Así
es el sistema. Pero en algún momento hay que buscar soluciones drásticas. Ahora,
si la cuestión es condonarles las deudas, prestarles más dinero y que paguen si
quieren… ¡eso sí que no! No es difícil la solución. Lo importante es que el
estado entienda que su responsabilidad es con la REPÚBLICA. La “res pública”.
La cosa de todos. Que, justo este año, cumple 200 años en el Paraguay.
LA ACADEMIA.
¡Pobre Platón! Pensar que cuando la fundó en el 384 a.C., lo
hizo para enseñar matemática, dialéctica y ciencias naturales. Pero, en fin. El
nombre no representaba más que la recordación de un héroe legendario de la
mitología griega, quien no se había destacado más que por saber pelear. Y como
estaba enterrado fuera de Atenas, en un lugar adecuado para la enseñanza… (Más
información: Santa Wikipedia).
No es que yo sea un tarado que no entienda que la televisión
es un negocio, pero no deja de preocuparme que se diga que es “el proyecto más
grande de la historia de la televisión paraguaya”. ¡Mirá que ha habido
proyectos que necesitaban un poco de apoyo y nadie, jamás, les puso un guaraní!
¿Sería posible que algún día, algún distraído productor,
apoyase, por ejemplo, una academia para corregir el mal escribir y, en
consecuencia, el mal hablar?
Copié las primeras siete líneas de la presentación y
encontré argumentos para justificar un programa como el que propongo:
“La Academia, es el primer reality show que se producirá en
Paraguay. En un evento único, 20 elegidos convivirán las 24 horas del día y
podrán ser observados por todo el país” ¿No deberían decir “en todo el país” y,
en tal caso, por miles de personas?
“Nada quedara oculto en LA ACADEMIA.” Sé que es un acento,
nada más, pero el futuro del modo indicativo de quedar es “quedará”. ¿Me
explico?
“Mediante un casting a través de todo el país en donde se
presentaron mas 3000 personas” (sic) Esto significa que así, tal cual, está
escrito: “mas 3000 personas”. No es que sea hincha, pero… ¿Tanto cuesta
escribir “más de 3.000 personas”?
Para concluir: “20 jóvenes talentosos fueron seleccionados
para ingresar a la mejor escuela artística del país: LA ACADEMIA; donde serán
instruidos por 4 meses.” ¿A alguien se le ocurre suponer que los meses, por sí
mismos, pueden enseñar algo? Supongo, que habrán querido decir: Serán
instruidos DURANTE cuatro meses por especialistas, profesionales… no sé,
alguien que pueda instruir, si es que de eso se trata.
Los medios de comunicación deben sustentarse en tres pilares
fundamentales: informar, entretener y educar. ¿No se podría hacer un pequeño
esfuerzo para balancear algo la cosa? ¿O, al menos, ya que se gastó tanto,
contratar a alguien que corrija lo que escriben? Pregunto, no más.
GUARANÍ ¿SÍ O NO?
Sí y no. Y todo lo contrario. Los idiomas nacen por
necesidad, crecen por conveniencia y se mueren por falta de uso. Si aceptamos
esto, el guaraní tiene vida para rato, porque se habla y se seguirá hablando
naturalmente por mucha gente. Ahora, si lo quieren matar, que sigan queriéndolo
imponer en la enseñanza básica. Nunca escuché a tantos jóvenes decir “¡Odio
guaraní!” como cuando lo tienen que estudiar por obligación. Para estudiar, el
guaraní es ríspido, complicado, inasible. Usan una gramática prestada del
español que no le calza y se esfuerzan por imponer palabras que no se usan ni
se usarán.
¿Enseñar en guaraní? ¡Sí, claro! Especialmente en el
interior.
¿Alentar el uso del idioma? ¡Sí, claro! Desde los primeros
años.
¿Involucrar el idioma con la identidad nacional? ¡Sí, claro!
Y organizar concursos, debates, obras teatrales…
Pero, ¡por favor!, no intenten imponerlo por la fuerza.
HAY QUE FORTALECER EL USO DEL CASTELLANO. Esto sí que es
imprescindible. Es la única manera de poder tener presencia activa en los foros
de la región, negociar adecuadamente, desarrollar el sentido crítico,
incorporar el pensamiento filosófico, estructurar adecuadamente el lenguaje.
Luego, con un idioma culto desarrollado (y lo de culto es una referencia basada
en los años de estudio, reglas y fórmulas universalmente aceptadas, etc., etc.)
será más fácil estudiar el guaraní.
De igual modo que estoy convencido de que la enseñanza
convencional debe adecuarse a los nuevos tiempos, sostengo con igual convicción
que el idioma guaraní necesita de mucho más trabajo por parte de filólogos y
expertos en áreas concurrentes como para encontrar una estructura propia, una
gramática dinámica y la consecuente elaboración de materiales didácticos
modernos apoyados en las TIC, desarrollo de materiales de entretenimiento,
ámbitos de apoyo y promoción, y más. Mucho más.
sábado, 11 de mayo de 2013
NO A LA PASTILLA DEL DÍA DESPUÉS
Promover el uso de las pastillas del día después es una
muestra evidente de la ignorancia existente respecto de lo que es la educación
sexual.
En primer término, habría que hacer un curso especial para
profesionales de la salud, docentes y demás involucrados que hayan recibido sus
títulos antes de la semana pasada. Porque ni en las escuelas, ni en los
colegios, ni en los institutos de formación docente, ni en las universidades se
ha enseñado educación sexual. Nadie sabe de qué habla cuando habla de sexo.
Bueno, no digamos nadie, digamos la gran mayoría. Al menos, coincidamos, la
gran mayoría de los docentes, por ejemplo. Lo terrible del caso es que, por
ejemplo, los católicos ni quieren que se hable del tema. Entonces, cuando se
refieren a la Virgen María, los niños y niñas no tienen la más mínima idea de a
qué se refieren. Toman la comunión, por ejemplo, a los siete u ocho años,
venerando una supuesta virtud (la virginidad inmaculada) de la que saben menos
que lo que saben que significa “y trozada la augusta diadema enalzaron el gorro
triunfal” que, ya que estamos en repetir sin saber, repiten sin tener idea.
¿Cómo debería enseñarse educción sexual? Pues… ¡cómo debería
enseñarse todo! RESPONDIENDO PREGUNTAS Y DUDAS. No sirve de nada que una
maestra ruborizada por lo que tiene que decir, diga lo que nadie le preguntó
quedando, en muchos casos, por debajo del conocimiento de algunos chicos y
chicas en algunos campos que ella misma desconoce. A los chicos (¡uf!, y a las
chicas) les importa un corno qué son las trompas de Falopio o cuál es la
función de epidídimo o el método de Ogino-Knaus. Les preocupa mucho más saber por
qué se tienen poluciones nocturnas, cuál es la función del clítoris, por qué se
excitan los pezones, si es conveniente o no el sexo anal, cuáles pueden ser las
consecuencias del sexo oral, entre muchos, muchísimos más etcéteras. ¿Están
preparados nuestros docentes para responder estas cosas?
No alcanza con repartir condones y decirles que si tuvieron
sexo sin ellos, pueden recurrir a una pastilla el día siguiente. Es
imprescindible enseñarles qué es el sexo, cuáles son las ventajas de las
relaciones sexuales seguras y que éstas no son tan simple ni inocuas como salir
a dar una vuelta a la manzana.
Es imposible contrarrestar el bombardeo permanente de publicidades
que promueven las relacione sexuales para promocionar desodorantes, alcanzar el
éxito o qué sé yo qué.
El sexo, para los adolescentes, es mucho más importante que
saber qué pasaba en la medialuna de las tierras fértiles o si el Mcal. López
dijo muero con la patria o muero por la patria.
Una vez más, deberíamos plantearnos cómo encarar la
educación y comenzar a educar a los que deberán educar.
jueves, 9 de mayo de 2013
PADRES CÓMPLICES
Un estudio realizado en la región, publicado en el 2011(1),
señala que “El alcohol es la droga de mayor consumo entre los estudiantes
secundarios, según los nueve países en que se realizó esta investigación. La
mayor tasa de consumo actual la registra Colombia, con 51,9%. En Paraguay, la
tasa de consumo de alcohol fue del 40,1% y el uso precoz, medido en menores de
14 años, fue del 25,2%.”
Lo que asusta, es que los padres inducen, fomentan y
celebran el consumo desmedido de alcohol por parte de sus hijos e hijas.
Más allá de la vigencia actual del informe o sus ajustes, lo
que podemos decir, porque lo vemos, es que son muchos los chicos (y chicas, lo
que es muy grave) que consumen alcohol desde muy temprana edad y en cantidades
excesivas.
Y los padres son cómplices de que esto ocurra. Y las autoridades,
también.
La ley 1642/00 vigente, prohíbe tanto el expendio como el
suministro gratuito de bebidas alcohólicas a menores de 20 años. Supongamos
que, al haberse bajado la mayoría edad a los 18 años, éste sea el límite de la
prohibición. Pues bien: quien le vende o provee bebida a los menores de esa
edad, está cometiendo un delito. Los padres que no denuncian que esto haya
ocurrido, son cómplices por no cumplir con la responsabilidad que implica la patria
potestad. Ambos, quien provee el alcohol y los padres, deben ser sancionados.
Así de simple.
El alcohol es una sustancia psicoactiva que afecta al
cerebro y a la mayoría de los órganos del cuerpo. Su consumo (en exceso) afecta
al consumidor mismo y a quienes le rodean, por estar relacionado con violencia
familiar, accidentes fatales de tránsito y violencia interpersonal. Sumémosle a
esto, que el consumo de bebidas alcohólicas también está asociado con
comportamientos de alto riesgo, como sexo no seguro y uso de otras sustancias
psicoactivas. Los estudios sugieren una asociación entre consumo de alcohol y
VIH/SIDA, por ejemplo.
Pese a ello, la publicidad masiva de bebidas alcohólicas, el
vínculo del consumo de alcohol con el logro de prestigio social, la promoción
permanente de eventos de diversas índoles, incluso deportivas, por parte de
marcas de fama internacional, le quitan la condición de droga de alto riesgo.
No alcanza con un cartelito que diga cuáles son las
consecuencias de beber ni que aconseje no hacerlo. Hay que enseñar a que su
consumo excesivo es pernicioso y que está prohibido el consumo por parte de
menores. Si no lo hacemos, somos cómplices.
martes, 7 de mayo de 2013
EL SILENCIO DE LOS INSOLENTES
Primero, veamos qué decimos, cuando decimos insolencia. Tiene
la misma raíz de la palabra insólito: SOL, del verbo soler. (Costumbre de
hacer. Soler hacer tal o cual cosa).
Insolentia en latín significa falta de experiencia pero, también, falta
de moderación,
Para la RAE, insolencia, en su primera acepción, significa atrevimiento,
descaro. Y los insolentes son unos descarados. Es decir, gente que no tiene
cara. Que no les da para poner la cara. Que eluden la responsabilidad. Y
responsabilidad es respuesta. Por eso, porque no responden, son irresponsables.
Muchos insolentes asumen el silencio como respuesta a las
acusaciones. Lo que es una irresponsabilidad. Si miramos el caso de la
Argentina, cabría suponerse que a esta altura de las acusaciones de evasión,
fuga, lavado o lo que fuera de dinero aparentemente vinculado al gobierno o al
gobierno anterior o a algún gobierno, alguien, en nombre del gobierno, debería
decir algo. Porque el que calla, otorga. O permite suponer que calla porque no
tiene cómo defenderse. O, peor, calla, porque el resto de los mortales está por
debajo de su magnificencia y, entonces, no merece ni que le respondan.
Es común observar ciertas conductas atípicas en los canes.
De repente, sin saber por qué, pareciera ser que uno de los pichichos se
confunde al otro con una pichicha y, sin mediar palabra (¡bah! ladrido, gruñido
o algo), procede a un tratamiento análogo al que tendría si fuese una pichicha
en celo y… (¡uf! ¡Ya está! Se entiende ¿no?). La cuestión es que el perro
confundido, al que le toca ser pichicha por un rato, no dice nada, no hace
nada, se queda quietito, mirando para otro lado, haciéndose el perro al que lo están…
¡eso!
Debe ser muy humillante que a uno lo acusen de algo, como
por ejemplo de haber estado en contubernios con un poderoso del que luego
hablará pestes, o haber recibido beneficios inmerecidos, como tierras, por
ejemplo, o haber accedido a un puesto político sin derecho a obtenerlo,
por postularse en un departamento en el
que no vive, o que trabajó de manera encubierta para los poderosos más asociados
a la implantación de las más terribles dictaduras con el más alto precio en
vidas y dolor… Decía, que debe ser muy humillante que a uno le digan todas esas
cosas (y más) y en vez de responder de frente, como debería hacer una persona
con honra y dignidad, quedarse en silencio, callar, no responder, no hacerse
responsable de las acusaciones que recibe. Sé, por haberlo escuchado en algún
caso, que algunos justifican el silencio diciendo que si responden le dan más
trascendencia a la acusación, la hacen más notoria, porque las únicas personas
informadas son las que lo escuchan a él, así que no tiene porqué responder. Que
no debe responder, luego.
¡Qué triste debe ser tener todas las posibilidades para
responder y no hacerlo por creer que así le darán entidad a la acusación! Pongo
el dedo. Tapo el Sol. Mientras tenga el dedo tapando, nadie verá el Sol. Sin
embargo, no alcanza. Antes, cuando las dictaduras (políticas o económicas)
podían condicionar a la comunicación, puede ser que se pudiese tapar el Sol con
un dedo. Hoy, no.
viernes, 3 de mayo de 2013
VIOLENCIA DE GÉNERO (O COMO SE GENERÓ LA VIOLENCIA)
El caso Adolfo Trotte es un emergente de la violencia
instalada, no solo en el Paraguay, sino en toda la región. Y en el mundo.
Más allá de la condena a 40 años (30+10), la posible
reducción o el indulto presidencial que algún día pudiera ocurrir, pase lo que
pase, el daño está hecho. Él podrá discutir la justa extensión de la pena. Su
esposa no. Sonia está muerta. Y él la mató. De eso no hay dudas. De que él la
mató y de que ella está muerta.
Pero éste es un caso, uno de los tantos que ocurren a diario
aquí o en los países vecinos.
Uno de los pocos informes realizados con relación al
feminicidio, señala que aproximadamente
66.000 mujeres son asesinadas cada año a nivel global, es decir que unas 181
mujeres son asesinadas por día. Casi 8
mujeres por hora. Más de una cada diez minutos.
De los 25 países con mayor número de feminicidios, más del
50% están en América: cuatro en el Caribe, cuatro en América Central y seis en
Sudamérica. Y esto no es casual.
La exagerada formación machista, justifica la violencia
intrafamiliar y el desprecio hacia la mujer de manera permanente. Como será que
hasta las hijas de Adolfo Trotte, es decir, las hijas de la mujer asesinada,
las hijas de Sonia, consideran excesiva la condena impuesta a su padre.
Muchos, como si fuese un justificativo, pretenden argumentar
como defensa que Sonia tenía un romance paralelo.
Pese a que le pegó dos tiros a mansalva, que la arrastró y
llevó con él en su vehículo hasta abandonarla ya muerta, argumentan que no hubo
crueldad.
¿Qué tendría que haber hecho para que se lo considere cruel?
¿Matarla a golpes? ¿Quemarla con un cigarrillo? ¿Descuartizarla viva? ¡Por
favor!
La violencia está instalada como hábito en la conducta
cotidiana.
La orden desprovista del más elemental respeto, ausente de
por favor y gracias, educa en la violencia.
Cachetadas, pellizcos, cintarazos, forman parte de los
recursos “correctivos” de muchas personas, más allá del nivel socio cultural al
que pertenezcan.
Por otra parte, la prescindencia de las más elementales
normas de conducta y límites de control, también ayudan al desborde.
Hubo una época, no muy lejana, en la que las familias
establecían pautas básicas de convivencia. Se comía a tal hora. El que no
estaba a la hora de comer, debía tener una causa muy justificada. Por lo menos
una de las comidas del día se compartía entre todos. Los padres estaban
presentes. Los padres ponían los límites.
En esa época, no tan lejana, se pedía permiso para ir a tal
o cual lado y si no se iba al lugar que se había dicho, se cancelaban futuros
permisos.
No era necesario recurrir a las autoridades, ni imponer leyes
especiales, ni decretar edictos. Los padres ponían los límites y los hacían
cumplir. Tenían la autoridad que confiere la patria potestad y la ejercían
hasta la mayoría de edad de los hijos. Y asumían la responsabilidad que ello
implica, también.
La violencia es natural, constitutiva de nuestra condición
humana. Como tantos otros animales, la hemos ido controlando para poder vivir
en grupos, en sociedad, en el caso del animal humano.
¡Claro que queremos pegarle una piña o un sopapo al que nos
quita el lugar del estacionamiento! Pero sabemos que no debemos hacerlo. La conducta
social se impone a las ganas de hacer del individuo. Somos seres socializados y
debemos actuar de acuerdo a las normas que la convivencia social exige.
En términos generales, la mujer es físicamente más débil que
el hombre. Aprovecharse de los débiles es un acto ruin. Hago la aclaración de “en
términos generales”, porque conozco casos de ruindad inversa. Mujeres que se
aprovechan de la debilidad del marido y los muelen (o molían) a palos.
En ambos casos, no controlar la violencia, es una muestra de
salvajismo, sí, de salvajes, de gente que no ha sido educada. De personas que
prefieren la convivencia animal que el desarrollo armónico de las personas educadas.
Y, una vez más, nos encontramos con la mala educación.
Reitero lo que decía al principio. El problema no es solo
algo nacional. Ocurre cada vez más en el mundo. Y seguirá creciendo si no
solucionamos los problemas de fondo, las bases de la formación.
miércoles, 1 de mayo de 2013
¿QUE EL TRABAJO QUÉ?
-Dignifica, dije. Hace digno al ser humano. Le permite
ostentar con orgullo el beneficio de su propio esfuerzo –intenté explicar al
auditorio, durante un curso en el que la mayoría me miraba con cara de asombro,
como si estuviese escuchando a un loco, un desubicado, un exocogitante (dícese
de seres de otros planetas que, se supone, piensan distinto a cómo pensamos
nosotros).
En muchas oportunidades he tenido a mi cargo la selección de
personal para diversas empresas. Acá y en el extranjero. Más al revés, es
decir, más en el extranjero que acá. Y esta referencia la hago porque sirve
para ubicarnos en los contextos de los comentarios que haré. Sigo.
Como para mí los CV son meras referencias de datos que bien
podrían escribirse en una carilla (la mayoría están llenos de datos al cohete o
informaciones inútiles, como “Curso de computación en… Experto en Excel y
Word…” y en el momento de tener que hacer una nueva fórmula o vincular
correspondencia no saben ni dónde ubicar las herramientas), mis selecciones se
basan en las entrevistas personales. Grafología, PNL, olfato y experiencia,
junto a algunas otras, son mis principales herramientas.
“¿Por qué se presentó a este aviso?”, es una de las primeras
preguntas de rigor.
Acá, en Paraguay, la mayoría de las veces, la respuesta es:
“Porque necesito trabajar”. Sigo: “¿Por qué necesita trabajar?”. Respuesta (con
mirada desconcertada) “Y… porque necesito ganar dinero”.
Pocas veces he escuchado, especialmente acá, que digan “Me
interesó la propuesta porque es un área en la que me sé desenvolver muy bien” o
“Es una muy buena oportunidad de superación en una empresa reconocida” o “Desde
que me recibí estoy esperando la oportunidad de demostrar mi capacidad” o…
¡Mentime, aunque sea! Pero esa terrible realidad de buscar trabajo porque
necesitan dinero, es un índice de la pésima formación laboral de la gente y la
poca valoración del trabajo como factor de desarrollo y crecimiento. Y esto no
es casual.
Conozco (pienso que todos conocemos) gente que va solamente
a marcar tarjeta en reparticiones públicas. Y van porque tienen que poner el
dedo, que si no, ni van. Total, mientras el jefe de personal se lleve el 10%
del salario, todo está bien. Y en casi todas las familias hay, por lo menos,
uno de estos “vivos” que ganan dinero sin trabajar. Y son el ejemplo a imitar.
A ver si en el futuro no le logran un puestito al nene que ya tiene 14. O a la
nena, de 16. Aunque a ella, perece que ya le están viendo “para su puestito”.
Ni en la escuela ni en el colegio les enseñan a los alumnos
el valor del trabajo. No hay formación en valores genuinos. Se destacan valores
equinos o caninos, como la obediencia y la disciplina, pero se olvidan de esos
valores que hará de esos chicos (y chicas, claro, desde luego) agentes del cambio
que necesita la sociedad. Si no se fundamenta la dignidad del trabajo, a partir
de salarios y tratos dignos, celebrar el Día del Trabajador será una más de las
tantas hipocresías de uso corriente.
martes, 30 de abril de 2013
DÍA DEL MAESTRO
Otra vez, en dos sillas mal sentado. Yo soy maestro. Y si
bien me recibí en Argentina, lo soy allí, acá y en la Cochinchina. Y no soy
maestro porque no sabía que seguir. Fue mi opción y mi vocación. Y lo es. De
mis 13 oficios, 14 miserias, el periodismo y la docencia son los que me han
dado más satisfacciones. Y dolores de cabeza. Quizás por eso los amo tanto.
Nadie ama lo que no afecta, lo intrascendente. Agradezco a quienes me saludaron
y saludo a todos los maestros (y maestras, claro) del Paraguay y el mundo. Hoy
se celebra acá pero, al menos yo, lo celebro con todos.
Plutarco, historiador, magistrado, biógrafo, ensayista,
embajador…. entre otras cosas más, vivió entre, más o menos, el año 46 (quizás
50) hasta el 120.
Comparto algunas de sus frases ilustrativas: “Como decía
Sócrates ‘¿A dónde os dejáis llevar los que ponéis todo vuestro esfuerzo en la
adquisición de riquezas, pero os preocupáis muy poco de los hijos a los que se
las vais a dejar?’ Es como si uno se cuidara del calzado, pero no tuviera
cuidado de los pies.”
Cuenta, también, que una vez un hombre le preguntó a
Aristipo, célebre educador, cuánto le
cobraría por la educación de su hijo. “Mil dracmas” respondió. “Pero qué
barbaridad” dijo más o menos el padre, y agregó: “Por mil dracmas puedo comprar
un esclavo”. “Hazlo –dijo Aristipo- y así tendrás dos esclavos. El que compres
y tu hijo”
Han pasado dos mil años y la cosa sigue igual. Muchos padres
con inmensas fortunas creen (o al menos hacen creer que creen) que la educación
se soluciona en la escuela, en el colegio y en la universidad. Ni idea de lo que es, realmente, la
educación. Los mismos, creen que pagar
un colegio caro es garantía de buena educación. Lo que les importa, realmente, no
es la educación, sino el prestigio que la institución brinda. Y eso no es solo
acá, ni es de ahora. Siempre hubo quienes soñaron con Eaton, Yale, Harvard, no
tanto por aprender, sino por relacionarse.
El problema es que, a nivel local, nunca se ha tomado a la
educación como una cosa en serio. Responsablemente. O sí, e hicieron todo al
revés, no por error, sino a propósito, para mantener a la recua ignorante. Y,
lamentablemente, la cosa pareciera seguir siendo así.
No pongo en tela de juicio la buena intención de gente que
está trabajando para colaborar con un cambio de la educación. Lo que señalo, es
que no tienen idea de lo que realmente deben cambiar. Ni qué, ni cómo, ni para
qué. Nuevas reformas, más paños fríos, aspirinas para el cáncer. Emparches.
Remiendos.
Hace años que vengo diciendo (el único que me escuchó fue
Vicente Sarubbi, quien me dijo que estaba loco –yo, claro- y que jamás
aceptarían una locura como la que proponía. Pero, al menos, me escuchó). Decía,
digo, que la única solución que tiene la educación en el Paraguay consiste en
suspender las clases durante un año, forzar a los docentes a una formación exhaustiva
en lectoescritura, desarrollo del sentido crítico y utilización de nuevos
recursos didácticos; elaboración de un plan de emergencia para la educación basado
en tres pilares: lectura comprensiva, redacción efectiva, cálculos matemáticos
sin recursos externos (mentales, sin calculadora, ni computadora, ni nada) y
educación física en serio, no partidos de fútbol o de volley, solamente.
¿Y qué van a hacer los alumnos/as durante ese año? Muy
fácil: los mayores, pintar, reparar, acomodar los colegios, las escuelas, las
aulas. Los más chicos, jugar. Bajo la mirada de facilitadores pedagógicos que contribuyan
con propuestas ludodidácticas.
Al año siguiente, ya habrá maestros/as preparados/as para
enseñar a leer y a escribir. A todos. A los de la primaria y la secundaria. Y a
los universitarios que no aprueben un examen de redacción.
NO SE PUEDE APRENDER NADA SI NO SE APRENDE A LEER Y A ESCRIBIR.
NO SE PUEDE HABLAR BIEN SI NO SE APRENDIÓ A LEER BIEN.
¿Y cuándo aprenderán historia, geografía, ciencias naturales….?
¡CUANDO HAYAN APRENDIDO A LEER Y A ESCRIBIR!
Con el sistema actual de educación, se logra memoristas
autómatas. Efímeros sapientes de respuestas armadas. Sabios fugaces de la
página 37 a la 43.
Con la información al alcance de un click y la memoria de un
elefante en un pen drive de 3 centímetros cuadrados, si no se cambia rápido el
criterio educativo, las universidades seguirán pariendo analfabetos
profesionales. Y los colegios, brutos
con título.
¿Feliz día del maestro? Y… sí. Los desafíos deben celebrarse
¿no?
viernes, 26 de abril de 2013
PERIODISTAS, SECRETARIAS Y SECRETOS.
Hoy se celebra el Día de la Secretaria. La encargada de
guardar los secretos.
Bien podría ser, hoy, el Día del Secreto.
De secretaria no sé demasiado, ya que si bien tuve muchas,
nunca lo fui.
De periodismo sé, aunque siempre se aprende algo, porque lo
soy desde hace 48 años. Toda una vida. Más que muchas vidas.
Tenía 14 años cuando vi por primera vez, en la sala de redacción
de ese inolvidable primer diario de mi vida, la frase de Haroldo Foulkes que
decía: “Ser periodista, es la forma más divertida de ser pobre”. Y acepté que
esas eran dos condiciones necesarias para ser periodista: vivir de manera
divertida y ser pobre.
Si uno vive la vida como un amargado, no será jamás un buen
periodista. El humor es una de las máximas manifestaciones del ingenio.
Un periodista, es necesariamente pobre. Si no es pobre, dudemos
de él. (Quizás haya honrosas excepciones que no conozco). El dinero tiende a
envilecer. Y un vil, jamás podrá ser buen periodista.
Podemos estar de acuerdo con lo que manifiesta, o no. Puede
gustarnos como habla o escribe, o no. Pero a un periodista debe gustarle lo que
dice y estar de acuerdo con ello. Si no es así, será un amanuense, un lacayo,
un escribiente, un ghost writer, un pluma vendida, un bocón, un… lo que sea,
pero no un periodista.
Para las secretarias que guardan los secretos y los
periodistas que los difunden con responsabilidad, ¡FELIZ DÍA!
jueves, 25 de abril de 2013
ME DESBORDÓ EL VASO. CARTA ABIERTA A HUGO RUBÍN.
No sé si habrás de leer esto, porque es largo y vos no sos
de mucho leer. Cosa que, lamentablemente, se nota. Y mucho. Pero, acá va, por
las dudas.
Durante mucho tiempo me pareciste el más centrado de tus
hermanos. Es evidente que, ser excéntrico, no es el único problema en tu
familia.
Realmente, no sé qué te pasó. Porque pintabas bien. Parecía
que ibas a ser un buen tipo.
Cuando me contaron algunas taradeces tuyas en el terrible
programa mañanero con el que algunos madrugadores masoquistas inician sus
flagelos, me costó creerlo. Que te peleases con unas niñas en crecimiento por
el protagonismo que pudieran tener, empalideciendo el tuyo, me pareció muy de
tipo con la autoestima por el suelo. Pero, bueno, nadie es perfecto.
Cuando saliste con que a los presos había que hacerlos
trabajar engrillados, ya se me empezó a colmar el vaso.
La búsqueda de protagonismo al precio que fuere, ladrándoles
como chihuahua enardecido con síndrome de alteración sexual a los presidentes
de Uruguay y Argentina, países a los que tu padre les debe demasiado, le
agregaba contenido a mi vaso casi desbordante.
Que sin ningún respeto de género ni la mínima muestra de
caballerosidad, obviamente indemostrable porque lo de caballero te es ajeno,
hayas tratado de perra a una mujer, máxima mandataria de un país (aunque esto
es accesorio), demuestra que el acervo machista de Humberto se impuso, una vez
más, a las tibias intenciones superficiales de Gloria por defender a la
mujeres, cosa que siempre me pareció más discurso e interés que vocación y
compromiso. Sigue cargándose el vaso.
Pero que porque alguien te llamó la atención lo hayas
tratado de “empleadito” por su condición de trabajador y de “comegato” por su
condición de argentino, ya rebalsó el vaso y me dio por las tarlipes.
¿Quién te crees que sos, energúmeno soberbio, para tratar de
menospreciar a alguien por ser un trabajador? ¡Justamente vos! Vos, que ni para
leer las preguntas de el saber se va con no sé quién, servís, porque, como
dijera, no es que lo de leer vaya mucho contigo. Vos, que sos tan honesto que
si encontrás un trabajo, lo devolvés. Vos, que si te mandan a espiar, tocás
timbre. Vos, que si te mandan a buscar coca a Colombia, traes Pepsi.
¡Por favor! Si aún queda un masón digno en tu logia, debería
pedir que entres en sueño, porque ya sos una verdadera pesadilla.
Por la condición de mayor ante tu evidente adolescencia
inmadura e irreverente, te exijo que públicamente te retractes de todo lo
dicho, recurriendo a las virtudes de la tolerancia y la templanza.
Espero que hayas llegado hasta acá o que alguien te lo haya
leído. Lo que hiciste, no se hace. Lo que dijiste, no se dice.
Paraguay es un país digno, que merece representantes que
también puedan ostentar la dignidad, no la falsa soberbia de los vanidosos
vacuos.
¡Y, para colmo, vas a tener fueros! ¿Cuántas barbaridades más vas a decir y
hacer? Como dijera el Rey de España: “¡Por qué no te callas!”
martes, 23 de abril de 2013
CHIP
El 1 de enero de 2027 se impuso el uso del chip de
identificación en todas las personas del mundo. Sí, en las personas humanas.
Claro.
Ya mucho antes del 2000 se
había hablado del tema y, pese a que muchos decían que esas eran cosas de
Asimov o de Bradbury, algunos empezamos a preocuparnos. Más nos preocupamos
cuando en el 2010 empezaron el uso sistemático en los perros y demás mascotas.
— Ahora se acabó el problema
de los cachorros que se escapan y uno no sabe por donde buscarlos — decían las
señoras gordas contentas de que sus caniches o sus chihuahuas o sus qué sé yo
qué perros caros, chicos, ladradores, falderos y estúpidos tuvieran implantados
en el cuero un chip que permitía su rastreo inmediato a través de la computadora
con uno de los tantos programas “searchermongo” o “findernoséqué” que se
vendían como pan caliente en cualquier casa de informática a la vuelta de la
esquina.
Si bien por nacimiento
pertenezco a la vetusta generación de los que nacieron a mediados del siglo
pasado, por decisión me he integrado a los grupos de las postrimerías, es
decir, a los que pertenecen a la generación del Pentium, al ya arcaico Windows
y los últimos discos rígidos con memoria limitada —¡y entonces 10 gigabytes era
una barbaridad! — Siempre usé de la tecnología tratando de que ésta me usase lo
menos posible. Cuando poco después del 2000 empezaron a proliferar los cyber
body building llevando al extremo la filosofía (¿?) del físico culturismo, la
onda ligth y esa estúpida costumbre de reunirse exclusivamente para meterse, y
matarse de agotamiento, dentro de una máquina “armacuerposlindos” empezamos a
ser rechazados los que manteníamos con orgullo una digna panza de señor
cincuentón honorable. Yo me acordaba del “Diario de la guerra del cerdo”, de
Bioy Casáres, un viejo libro de la época de los libros en papel, y le decía a
mis amigos:
— En cualquier momento les va a molestar que ocupemos
espacio y buscarán la vuelta para mandarnos a cuarteles de invierno.
No fue necesario. Cuando en
el 2006, por encontrar la vacuna contra el VIH metieron la pata y liberaron el
gas de inmunodeficiencia absoluta, los primeros que cagaron la fruta fueron los
que tenían más de sesenta. Y los bebés durante diez años. Así que los viejos
que quedamos teníamos poco más de cincuenta, todavía conservábamos algunas
defensas y no jodíamos demasiado. Pese a las lagrimas de cocodrilo y los tantos
discursos hipócritas de lamentación, la sociedad se sintió aliviada: no había
viejos que mantener ni niños que cuidar. Diez años de culto absoluto al físico
perfecto y a una economía destinada a los elegidos. La selección natural de las
especies cumplía una vez más su cometido de dejar a los más aptos. ¡Otra que
Hitler! Así fue que, dentro de las tantas pavadas a las que se dedicaron los
científicos, volvieron a joder con el asunto del chip de identificación. Basta
de documentos de identidad, número de registro, carnet de asociado al club,
número de jubilación o cosa parecida. ¡El chip de identificación le soluciona
la vida! ¿Son las nueve de la noche y su marido aún no llegó a casa?
¡Pregúntele a la computadora y sepa dónde está! ¿Su empleado tarda mucho en
hacer un trámite? ¡Consulte en la computadora de recursos humanos y lo ubicará
inmediatamente!
Y la estúpida sociedad estaba
de lo más contenta. ¿La privacidad? ¿Para qué quiere privacidad una sociedad
perfectamente globalizada en la que el interés común es su único objetivo?
Ese 1 de enero de 2027 en el
que el mundo de la gente joven, de cuerpo esbelto y músculos marcados celebraba
el más absurdo de los pasos dados por la humanidad en el abismo de la
estupidez, descorché una de las viejas botellas de vino que aún conservaba
entre mis viejos libros de papel y me emborraché brindando por los recuerdos.
Allá por '99 había conversado
con una amiga señalándole que en cualquier momento se impondría el uso de un
documento universal. Ya estaba el pasaporte de la Comunidad Europea y se
hablaba de la posibilidad de hacer lo mismo con los países de América alineados
en los distintos grupos o mercados, como se los denominaba.
—¡Qué divino! ¿Te imaginás?
¡Ciudadanos del mundo! ¡Qué fashion!—concluyó, utilizando una palabra que
aborrecía tanto como tanto se usaba en el mundo cholulo. Y mi amiga era muy
cholula, pero uno hace algunas concesiones con la gente que le hace creer que
es el mejor amante del universo y alrededores.
—
¿No se te ocurre ningún comentario un poco más
inteligente?
—
¿Por qué? ¿No te parece divino que no tengamos que
andar sacando pasaportes, ni visas, ni nada por el estilo? Pensá en la pobre
gente que tiene que ir de un país a otro por negocios o por placer y que a cada
rato se tiene que comer colas inmensas, trámites horribles, pérdidas de tiempo
por un simple papel.
—
Claro, pero eso también significa que todos tus
datos van a estar a disposición de los grandes centros de poder quienes, valga
la redundancia, van a poder seguir cada paso que des en cualquier lado al que
vayas.
—
¿Y? ¿Eso es malo?
—
¿No te podés bajar un rato de tu nube de pedos?
—
¡Ay! ¡Qué grosero!
—
Bueno, vamos a ver si me explico: ahora van a
comenzar con el documento único universal, vamos a entrar todos en un listado
inmenso y pasaremos a ser una letra o un par de letras y algunos números. Para
simplificar la cosa y no tener que andar decodificando nombres que al final
están al pedo, ya que lo que les importará será solamente el código bajo el
cual estaremos registrado, iremos perdiendo la posibilidad de conservar
nuestros imperfectos nombres y caducos apellidos que han perdido su razón de
ser. En su reemplazo, y volviendo a lo que era en un principio "nunc et
semper", tendremos un prefijo que identificará al país, región o como
sea que termine llamándose, unas letras que significarán algo y unos números
que nos darán un orden dentro del gran orden que pretenden establecer. Dejando
jugar a la imaginación, supongo que en unos pocos años más, los niños se
saludarán diciendo "Hola PARSA 36 millones" por poner el caso de uno
nacido en Paraguay, Sud América y que lleva tal número de orden.
—
¡Vos sos un exagerado!
—
Ojalá. Pero aún así soy tímido. La cosa va a ir
mucho más lejos. En cualquier momento nos van a poner un chip identificador
para poder rastrearnos donde estemos.
—
Y está bien, eso significa que podremos saber dónde
están nuestros hijos.
—
Claro, eso significa que en este momento tu marido
sabría dónde estás.
—
Sos un hijo de puta.
—
¿Yo? Hijos de puta serán los del chip ¿no te parece?
Fue una pregunta retórica,
ya que como única respuesta escuché el portazo que dio al salir.
La cuestión es que hace ya
tres años que, para no perder la costumbre adoptada en la era de la normalidad,
soy un indocumentado universal.
Condenado a vivir sin
pensión, haciendo trabajos para amigos solidarios, sin poder salir ni entrar
sino a hurtadillas y escribiendo estas historias por si algún día a alguien se
le ocurre reestablecer la enseñanza de la lectoescritura.
Por las dudas de que esto
ocurra, quiero dejar un mensaje a la humanidad:
"¡Que se metan el chip
en el fondo del culo!"
He dicho.
Oscar Boubée, Las Vegas, 1997
TIENE RAZÓN Y ES COHERENTE
Peter Brabeck-Letmathe, presidente del grupo Nestlé, parte
de la premisa de que el agua es un bien de consumo y susceptible de demanda. Si
hay demanda, debe haber oferta. Y si uno la tiene y el otro no, el que no tiene
debería pagar por ella. Como cualquier comida. O como el petróleo.
Dado que tenemos el Acuífero Guaraní, deberíamos
privatizarlo para que, así, quien lo compre venda el agua. Ahora bien, como el
acuífero esta bajo todo el territorio paraguayo, deberíamos proponer que se
venda todo el Paraguay, total el suelo está vendido a los que producen comida
y, vendiendo el subsuelo, se permitiría a quienes lo compren que hagan con el
agua lo que quieran.
Ya que estamos, también podríamos vender el volumen
excedente sobre el suelo, es decir el aire, y quienes quieran respirar que
paguen por él, ya que también es un bien necesario para vivir y, si uno quiere
vivir, bien podría pagar por respirar.
No sé de dónde sacó las cantidades de agua a consumir por persona (5
litros para beber y 25 para higienizarse), pero supongo que habrá recurrido a
una de sus empresas de elaboración de comestibles. Y si ellos, que saben de
negocios, lo dicen, debe ser cierto. Sería interesante saber, por curiosidad,
cuántos metros cúbicos de aire nos corresponderían por persona. Claro que
habría que determinar, también, cuánto es para respirar normalmente, cuánto
para correr y cuánto para reír, por ejemplo, que implica mayor consumo.
Como todo bien susceptible de ser comercializado en el mundo
del libre mercado, quienes tengan más dinero podrán caminar, correr, reír,
suspirar, dar aliento a sus equipos de futbol… Los demás, deberíamos limitarnos
a lo que podamos comprar, quizás, a no más que respirar, sin que se nos ocurra
tratar de auxiliar a alguien que necesite respiración boca a boca porque no
podríamos utilizar nuestro aire en exceso. Ni podríamos hacer otras cosas que
nos agitan y nos hacen respirar más aceleradamente.
Es probable que, junto a las gasolineras, pongan puestos de
venta de agua y, de paso, cargadores de aire. Ya se encargarán algunos de abrir
sus locales de minicargas.
Sin dudas, también surgirán los negocios paralelos de venta
de agua adulterada, aire de contrabando y cosas parecidas, contra las que
lucharán los entes encargados de la regulación en defensa de los derechos de
los poseedores legítimos.
Yo no estoy de acuerdo, pero no voy a opinar, a ver si por
hacerlo me tratan de zurdo que no entiende las leyes del libre mercado.
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