jueves, 12 de septiembre de 2013

LA SOCIEDAD ANORGÁSMICA


Rebuscando en los orígenes etimológicos de la palabra, me encontré con que orgasmo viene del griego, siendo uno de sus significados, plenitud. Asombrosamente, orgasmo lleva la raíz indoeuropea “werg” (sería “or-werg”) que significa trabajo (cosa que vemos más fácilmente vinculada al inglés work).
Siguiendo con las inferencias, podríamos decir que trabajo y plenitud tendrían una raíz común. Para no creer ¿no? Sobre todo cuando vivimos en una sociedad en la que el trabajo no pareciera tener nada que ver ni con la plenitud ni con el placer. Si a eso le sumamos la sentencia bíblica de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, como si trabajar fuese un castigo, listo, ¡cartón lleno!
Pero el asunto no va solo con el trabajo. Pareciera ser que si uno toma la vida con alegría, sonríe con asiduidad y trata a la gente con buena onda, uno no es una persona seria. Y no. No es así. Habemos gente seria que no estamos enfermos de solemnidad (Aprovecho para pelearme una vez más con la RAE. Según ella, debería haber dicho “Hay gente seria que no está enferma de solemnidad. Yo entre ella.” ¡Joder!). Sigamos. Para un montón de gente, si uno no anda con cara de culo y como oliendo caca, no es una persona seria. En el trabajo no se ríe. Quien se ríe solo, es un loco. Si uno saluda a un desconocido/a, es un desubicado. Pero lo peor de todo es en el trabajo. ¿Quién dijo que se trabaja mejor con cara de que me duele el hígado? ¡Estamos locos! No digo que todo sea luces de colores y fuegos artificiales, ni jardines de rosas, pero bastante tenemos con los conflictos propios de las actividades varias para, encima, mirarnos como bulldogs en celo.

EL TRABAJO COMO CASTIGO.
 Además de la cita bíblica ya referida (Gen. 3), supongo que debe haber más escritos en el mundo respecto del trabajo como castigo. Por estos lados, el más conocido es el del Martín Fierro. Habitualmente se hace referencia a la segunda de las dos estrofas que copio a continuación. Pero miremos la primera, menos conocida y referida:

El trabajar es la ley,
Porque es preciso alquirir;
No se espongan a sufrir
Una triste situación:
Sangra mucho el corazón
Del que tiene que pedir.

¡Mirá vos! Es necesario trabajar porque “es preciso alquirir (adquirir)”. Ya en 1872 se instalaba la sociedad de consumo.
Vayamos a la estrofa más conocida:

Debe trabajar el hombre
para ganarse su pan;
pues la miseria, en su afán
de perseguir de mil modos,
llama en la puerta de todos
y entra en la del haragán.

¿Deberíamos seguir con el concepto del trabajo castigo?
En una publicación de mayo/2013 (http://oboubee.blogspot.com/2013/05/que-el-trabajo-que.html) hice referencia a la virtud del trabajo. No puedo ni imaginar que aquí se acabe el tema, muy extenso por cierto. Simplemente, una vez más, invito a reflexionar. ¿No será momento de revisar los conceptos de seriedad, trabajo, felicidad, alegría?
Muchas empresas (Google, por ejemplo) encontraron otras opciones para encarar la actividad laboral. Algunas, aplican el criterio “off site” (trabajar desde la casa, por ejemplo). Se aceptan ideas.

DEFENDIENDO AL CAPITAL

(La ilustración corresponde a la obra “Riqueza y pobreza” de autor anónimo del S. XVII. Antes de que se conociese el término zurdo y de que Marx escriba El capital)
Algunos trasnochados defensores de un supuesto liberalismo extremo, tienen la vocación sistemática de pretender infravalorarme con base en la reiteración permanente de teorías, dogmas e innumerables fórmulas extraídas de libros de supuestos gurúes de la economía universal. Además, como una suerte de crítica ad hominem, me cuelgan el sanbenito de socialista, zurdo e ignorante en materias como la economía, por ejemplo.
La grata ignorancia que fielmente me acompaña desde el primer atisbo de acceso al conocimiento, alienta constantemente mi búsqueda de respuestas. Sin más opción que recurrir al remanido concepto socrático del “solo sé que no sé nada”, dejo expresa constancia de mi absoluta ignorancia. Y no solo en economía. No sé nada de nada. Apenas vislumbro algunas tenues luces de algún mínimo conocimiento, que solo alcanzan para mostrarme el inmenso universo de lo que queda por conocer.
Hasta acá, venimos bien. Coincidimos. Soy un ignorante. Pero, de allí a tratarme de tarado, hay un cierto camino que no pienso conceder.
Entre los aberrantes extremos de un capitalismo salvaje y un comunismo fracasado e inaplicable, hay (percibo) una amplia gama de variables con más o menos algo de cada cosa.
Si Juan tiene 10 pelotas y Pedro ninguna, las estadísticas dirán que el promedio es de 5 pelotas cada uno. Pero Juan tiene 10 y Pedro ninguna.
Si Bartolo nació en una familia de clase media, en el barrio Carmelitas (pongamos por caso), y Ramón en una familia pobre en Villa Hule del Bañado Tacumbú (pongamos por caso), Bartolo tiene más posibilidades de éxito profesional, social o personal (o como queramos llamarlo) que Ramón.
Hasta acá podemos coincidir ¿verdad? Bien. Sigamos.
Cuando Henry Paulson, ex secretario del Tesoro del país más capitalista y liberal del planeta, impulsó el programa TARP (Troubled Asset Relief Program, también conocido como Plan Paulson), para aliviar la crisis financiera norteamericana en octubre de 2008, auxiliando con más de 25 billion dollars (25.000 millones de dólares, en nuestras latitudes) evitando así el quiebre del Citigroup Inc., JP Morgan Chase & Co., Wells fargo & Co., Bank of America Corp., entre otras inc. y corp. varias, los trajeados “cerebros” de Wall Street ni se inmutaron. Ni se les ocurrió salir a decir que en un mercado de libre capital (y, por ende, de libre empresa o a la inversa, como quieran) cada uno debe salvarse por las suyas, sin ir a pedir la escupidera (bacín) al estado. ¡Cómo el estado va a intervenir en el libre comercio! Eso es un pecado comunista. Es una barbaridad del estado paternalista. ¿Qué es eso de subsidiar?
Claro que si uno pretende que el estado invierta en educación, en tratar de reducir las asimetrías, en tratar de que, si Juan tiene 10 pelotas y Pedro ninguna, se encuentre alguna manera de que, al menos, Pedro acceda a una (y ni siquiera propongo que se lo deje a Juan con 9), uno es un zurdo-comunista-socialista ignorante-iluso y tarado. ¡Joder!
Cuando mozalbetes ensoberbecidos, que apenas asomaban por los canales naturales a lo que cabría desearles que vuelvan, mientras uno transitaba por los pasillos universitarios, esquivando los palos de la intolerancia de ambos bandos en pugna por imponer (a través la violencia, que no distingue lateralidades) sus dogmas y doctrinas sin aceptar (¡ni modo!) el libre pensamiento, suelen darme ganas de perder la mesura. Claro que, como ya la he perdido tantas veces, es una de las pocas cosas que puedo decir que aprendí a controlar. Y tampoco estoy tan seguro de haberlo aprendido.



LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD.

Tal como ocurre con el tema de los Derechos Humanos, la gente suele confundir la cosa individual con la cosa del estado.
Los seres humanos, imperfectos por naturaleza, somos, todos, corruptibles. En la versión más mercantilista de la cosas, todo hombre (y mujer ¡desde luego!) tiene su precio. La diferencia es la moneda de pago. Para unos será el dinero contante y sonante; para otros, la fama; para otros, los halagos de una mujer (o a la inversa, o todo lo contrario, o como sea). Lo que pareciera cierto es que todos, o casi todos, somos corruptos en potencia. Esa es una cuestión individual. Pero la impunidad, no.
La impunidad es un concepto social. Ya no es la persona quien se declara impune, sino la sociedad la que consiente que así sea. Y cuando digo sociedad, en este caso, me refiero al Estado, especialmente. Porque si bien la sociedad (vos, yo, el vecino…) puede condenar al oprobio a un corrupto, al corrupto no le hace mella. Por eso es corrupto. Pero si el estado lo condena, si le quita lo que obtuvo por la vía de la corrupción, si lo sanciona con la cárcel, si le hace saber que no lo ampara, se acaba la impunidad.
Etimológicamente, impunidad deriva del latín impunitas, impunitatis (libertad absoluta, desenfreno, exceso que no recibe freno o castigo alguno). De allí que impunis se refiere a quien queda sin castigo, indemne.
Y si alguien sabe que haga lo que haga no tendrá ningún castigo por ello, hará lo que quiera, sin medir el daño que provoque.
Y ese es el gran problema. Además, comienza desde niños y en la casa. Si no hay educación para conocer los riesgos, si no hay límites para evitarlos, si se transgreden los límites y no hay sanción, es muy fácil (¡facilísimo!) convertirse en un corrupto. Máxime cuando a nadie le importa de dónde salió el dinero que ostentan y una pléyade de cepilleros que rapiñan las sobras, pulula en torno rindiendo honores al deshonor. La solución para la corrupción, es la educación. Para la impunidad, la justicia.

LA PARANOIA DE LOS CONSPIRANOICOS.

¿La Mossad está cercando al gobierno para controlar el Acuífero Guaraní? ¿El EPP es la excusa para iniciar un proceso de militarización del país? ¿Los EE UU están instalando sus bases de la CIA y el FBI en el Paraguay? ¿El desplazamiento de los colorados del gobierno forma parte de un plan de HC para armar un nuevo partido e integrar el gran Poder Mundial? ¿Van a descongelar a Walt Disney para que logre que el Pato Donald se presente a las próximas elecciones? ¿Las fiestas sexuales son un renacimiento de Sodoma y Gomorra y el benemérito concejal es el nuevo Lot de la nueva era?
Suelo tener bastante imaginación pero, una vez más, la realidad supera a la ficción.
Es muy probable (todo así lo indica) que la alimentación será (es) el gran problema de la humanidad. Y el agua potable, forma parte de ellos. De la alimentación y, en consecuencia, del problema.
No sé si es que no tengo toda la información necesaria y tampoco sé si hay alguien que la tenga. Me parece, es una percepción absolutamente personal, que la problemática internacional del hambre y las dominaciones por un trozo de pan (y un poco de agua) no están a la vuelta de la esquina. Quizás sea el egoísmo de suponer que no me quedan 50 años de vida como para priorizar estos problemas y que, en tal caso, serán los jóvenes de hoy quienes deberán prepararse para ello. Y este sí es nuestro problema.
Temo que, por mirar tan lejos y preocuparnos por cosas tan importantes, dejemos de mirar el hoy y de ocuparnos de las soluciones inmediatas a los problemas acuciantes. Aquí y ahora.
Hay mucha gente que está pasando hambre y que no tiene agua potable. Esto requiere un tratamiento inmediato y una solución urgente.
El nuevo gobierno recién transita su primera semana de vida y es imprescindible que todos sumemos nuestros esfuerzos para que se logren los objetivos más inmediatos.  Más allá de los colores, de las banderas, de los intereses individuales.  Digo, no sé, me parece…

viernes, 9 de agosto de 2013

LA POESÍA COMO UN RÍO DE PALABRAS.

LA POESÍA COMO UN RÍO DE PALABRAS.
©Oscar Boubée.

Exposición realizada el 08/08/2013 en el “4º Simposio Internacional de Humanidades”
Universidad del Norte – Asunción - Paraguay


Como el río de Heráclito,  la palabra muta. Y en ese constante devenir, las palabras, se rompen, se deshacen y se reconstruyen en monstruosos remolinos léxicos, que se agrupan y se disuelven, como en una danza cósmica, fluyendo en ríos de poesías. Y la poesía, en ríos de palabras.

En palabras que dejan de ser lo que eran para ser lo que quieran.

Palabras en libertad, liberadas de significados y significantes predeterminados para volar en la significación de mucho más que la cosa referida, confundiéndose, no por polisemia, sino como metales unidos en una nueva identidad.

La poesía es el altar de la palabra.

En la poesía, la palabra hiere, mata, cura… Es bálsamo y veneno, caricia o espada…

Dicen que la poesía más antigua que se ha encontrado es de unos 4.000 años atrás. Parece que fue encontrada en Nippur, junto a unos documentos legales.

Cierta vez, en uno de mis escritos en los que he lucubrado respecto del origen de la palabra escrita, decía que la grafía, la necesidad de plasmar lo más indeleblemente posible algo, había surgido como una necesidad para determinar las propiedades, enumerar las cosas, identificar a sus dueños, establecer los dominios, perpetuar la pertenencia.

Es muy probable, y digo probable porque la certeza es ajena a nuestra condición humana y, paradójicamente, su búsqueda es la que hace a nuestra humanidad, es muy probable, digo, que junto a los que valoraban las cosas materiales y su posesión por sobre todas las cosas, hubo, parece haber habido, cabe suponerse que así haya sido, quienes querían dar más que materialidades. O reclamarlas. Demandarlas. Pedirlas.

Esa poesía encontrada en 1880 en Nippur (la región que hoy ocupa Irak), datada en unos 4000 años, está expuesta en el Museo del Antiguo Oriente, dentro del Museo Arqueológico de Estambul, dice:

(Cita) “Novio mío, próximo a mi corazón, grandiosa es tu belleza. Me has cautivado, déjame presentarme temblorosa ante ti. Novio mío, seré llevada al dormitorio. Novio mío, has obtenido placer de mí. Cuéntale a mi madre, que te dará delicias; también a mi padre, que te dará obsequios.” (Fin de la cita)

Agrego: Hoy nadie diría que le cuenten ni a la madre ni al padre, claro. Estos se darán cuenta al ver una persona más a desayunar.

Otra civilización que ha estado siempre vinculada a los orígenes de la artes, es la Egipcia. De ella rescatamos esta exquisita muestra de poesía cuya vigencia, estilística y conceptual, asombra.

(Cita)
¿Se puede querer...sin ver?
¿Se puede querer...sin oler?
¿Se puede ver...sin saber?
¿Se puede vivir...sin sentir?
Hasta la locura te puedo querer...
Entonces...sin ver, ni oler, sin saber sin sentir... ¿no es eso querer?
Te puedo sentir...sin saber
Te puedo tocar...y vibrar
Te puedo cantar...en soledad
Te puedo amar...como al mar y llorar
Entones...cantar al mar en soledad y vibrar
¿No es eso amar?
(Fin de la cita)

Con el mayor de los respetos por los traductores presentes, sabemos que al pasar de una lengua a otra, también se convierten, se mudan, se explican y se interpretan las palabras, los textos (y la RAE, así lo afirma en sus acepciones de la entrada traducir).

Y de las antiguas tabletas de la antigua Nippur (sí, ya había tablets, pero de cerámica) o de los papiros que soportaban la poesía egipcia en jeroglíficos, los emoticones de entonces, a la palabra escrita en nuestro castellano de hoy, cabe suponerse que se han producido adecuaciones. Pese a ello, sabemos que, desde los más remotos tiempos y en las más disímiles culturas, desde sumerios, egipcios, hindúes, celtas, hebreos, chinos, griegos, romanos, hasta los mapuches de Chile y los habitantes de Tenochtitlan o la más tierna quinceañera de hoy en cualquier lugar del mundo, la palabra “corazón”, por ejemplo, además de identificar al órgano encargado de bombear la sangre, ha pasado a ser el lugar en el que reinan las emociones, los sentimientos, incluso el alma, según Platón (aunque éste dividía una inmortal, que ubicaba en la cabeza, y otra mortal que, sí, radicaba en el corazón) o Aristóteles (quien sí ubicaba el alma en el corazón), o el gran pensador francés del siglo XVII, Blaise Pascal, quien dijo la remanida frase usada en cada San Valentín “el corazón tiene razones que la razón no conoce”.

Como vemos, el corazón no es el corazón al que se referiría un cardiocirujano. Pero es la misma palabra. Corazón. Igual y distinta.  

Y cuando el poeta egipcio dice “Hasta la locura te puedo querer...”, no está exponiendo su amor al estudio de un sicoterapeuta o a un siquiatra. No es la locura científica. Es la locura del amor. La locura, no es la locura. Es la misma palabra. Igual y distinta. 
Y como decíamos al principio, como el río de Heráclito,  la palabra muta.

Pero… ¿Qué es la poesía, más allá del concepto poético usado al decir que es el altar de la palabra?

Platón, utilizó la palabra griega ποίησις, correspondiente a «poesía», y en ella abarcaba el concepto actual de literatura.

Para algunos academicistas,  es el arte del lenguaje cuyo fin inmediato es expresar o sugerir por medio de la palabra, el ritmo, la armonía y la imagen…

Para otros, es el arte de evocar y sugerir sensaciones, emociones e ideas por medio de la palabra, sujeta a ritmo, medida y cadencia, en especial cuando estos toman la forma regular del verso.

En este contexto, y atendiendo a la íntima relación entre lo fónico y lo semántico, entre el sonido y el sentido de las palabras, comenzaríamos a transitar un camino repleto de sílabas tónicas y  átonas, sinalefas, hiatos, sinéresis, diéresis, anáforas, aliteraciones, rimas asonantes o consonantes y sus muy variadas combinaciones: rima gemela, rima cruzada, rima encadenada, rima abrazada, rima interna, etc. etc. Y ese camino, nos llevaría a los intrincados laberintos en los que se han extraviado innumerables voluntades de poetas inéditos.

Porque, la poesía, es mucho más que palabras, oraciones y rimas. Y, acá, se me hace imposible eludir esa poética definición que, estoy seguro, a muchos les viene surgiendo en la mente al decir ¿Qué es poesía?

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.

(Gustavo Adolfo Becquer).

Tengo cierto pudor al ocupar este lugar ante tantos eruditos de la literatura, y especial responsabilidad ante los estudiantes que puedan haber venido esperando encontrar un análisis serio de la poesía. Son pocas las cosas que he hecho en serio en la vida. Y, en cierta medida, a eso responde el haber aceptado esta inmerecida oportunidad de hablar ante ustedes: Invitarles a ser cómplices de mi propuesta.

Quizás porque mi infancia haya crecido junto a un bello río (pequeño río o gran arroyo, vaya a saberse) en el que nos bañábamos, jugábamos, nos divertíamos y, ya en la adolescencia, mirábamos desde la costanera acompañados de quien usufructuaba nuestro apasionado corazón e inspiraba nuestros poemas, el río y la poesía tienen, para mí, una suerte de connotación lúdica, de divertimento, aún cuando las primeras poesías (¡Cuándo no! ¡Desde luego!) estaban impregnadas de dolor, de angustia, de emociones, de… DE AMOR.

Yo no confío demasiado en la creatividad de los que leemos mucho. Bueno, disculpen, reformulo. A veces me cuesta creer en mi propia creatividad. Siempre pienso que lo que se me ocurre ya se le debe haber ocurrido a alguien antes que a mí.

Cuando me invitaron a participar de este simposio, al preguntárseme el título de mi tema, dije “La poesía como un río de palabras”.

Ya casi viniendo hacia aquí (tuve meses para hacerlo, pero siempre termino escribiendo a las apuradas) recordé lo que había olvidado. Yo no había inventado nada.

Rivières d'Images et Fleuves de Mots (RIFM) es un proyecto educativo basado en explorar el río, cruzando la educación ambiental y la expresión artística. Está vinculado a Rivers Networks, entidad dedicada a la concienciación ambiental en las principales cuencas hidrográficas en Europa. El proyecto comenzó con el río Elba. Luego se extendió al Loire (el Loira) y ha encontrado eco en España, en Australia, incluyendo la clase aborigen y más recientemente en Tailandia. Y fue precisamente en Australia, en Melbourne, donde hablábamos del uso de la naturaleza para desarrollar la educación.

Y así como el río, los ríos, todos los ríos que indefectiblemente van al mar, la palabra, las palabras, todas las palabras fluyen hacia un océano inmenso: el de la comunicación.

Y la poesía, como aquel navío ebrio del transgresor Rimbaud, navega cargada de palabras, envuelta en la palabra y sobre la palabra. Y la palabra se hace río, se vuelve río, se crece río. Un río singular, un río de tres orillas, como éste que nos ha convocado hoy.


La foto corresponde al Calvú leovú (arroyo/río azul), en la ciudad de Azul, Pcia. de Buenos Aires. Argentina

viernes, 5 de julio de 2013

LA CIVILIZACIÓN DEL ESPECTÁCULO Libro de Mario Vargas Llosa

Veamos que nos dice el propio autor con relación a su libro:
“¿Qué quiero decir con civilización del espectáculo? La de un mundo en el que el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal. Este ideal de vida es perfectamente legítimo, sin duda. Sólo un puritano fanático podría reprochar a los miembros de una sociedad que quieran dar solaz, esparcimiento, humor y diversión a unas vidas encuadradas por lo general en rutinas deprimentes y a veces embrutecedoras. Pero convertir esa natural propensión a pasarlo bien en un valor supremo tiene consecuencias a veces inesperadas. Entre ellas la banalización de la cultura, la generalización de la frivolidad, y, en el campo específico de la información, la proliferación del periodismo irresponsable, el que se alimenta de la chismografía y el escándalo.”
No es mucho lo que puedo agregar al respecto. Me resta invitar a leerlo y reflexionar, como ha sido mi caso, sobre la validez de diferenciar la “cultura culta” de la “cultura sociológica”, por buscar una manera de diferenciarlas.
Si bien por un lado coincido con Vargas Llosa respecto de que hoy por hoy cualquier cosa puede ser “cultura” y cualquier esperpento llamado “arte”, me preocupa caer en el clisé de valorar a la “alta cultura” (como él la define) por sobre las manifestaciones populares o limitar al arte a los cánones ya perimidos, circunscribiéndolo a ciertos modelos heredados del renacimiento.

Te invito a leerlo, no porque sea un libro de conclusiones sino, por el contrario, por serlo de reflexiones y disensos.

martes, 2 de julio de 2013

LECHÓN ARROLLADO

No, no es una receta de cocina. Hoy (02/06/2013), a eso de las 11 de la mañana, llegaba al semáforo (en verde) de Artigas y Venezuela. De repente, una piara (manada de chanchos, cerdos, porcinos) incluyendo el chancho, la chancha y un montón de chanchitos, decidió cruzar Artigas sin mirar el semáforo, obvio. Los grandes pasaron de una, salvo un lechón, pequeño desmamante que, falto de experiencia en eso de andar cruzando avenidas a esa hora del día y en tal lado, se ve que se estresó y se achanchó, es decir, se quedó casi quieto delante de una moto que, como casi toda moto, iba conducida, no por
un lechón, pero sí, evidentemente, por uno también falto de experiencia en eso de andar cruzando avenidas a esa hora del día, quien, con total impericia, en vez de sortear al lechoncito, apretó los frenos y se lo comió, bueno, se lo llevó por delante. Mejor dicho, por encima. Lo arrolló, anticipando lo que bien podría haber sido su destino final ineludible. Yo, por suerte, más confiado en el volante que en el freno, los eludí a los tres (lechón, moto y destino). El de atrás confió en los frenos y se dio contra la moto, y el de atrás del de atrás, con el de atrás… y no sé más porque, no habiendo heridos, salvo el pobre lechón de destino ineludible (aunque a decir verdad, me parece que zafó, al menos por el momento, de la consecuencia de haber sido arrollado), seguí mi rumbo (o mi destino, qué sé yo).
¿Te parece lógico que en el cruce de dos avenidas tan transitadas, en un horario de tanto tráfico, pueda cruzar alegremente una piara o una manada de lo que sea?

Después llegué a Madame Lynch y Autopista y me encontré con un montón de motos. Pensé lo miso.

domingo, 16 de junio de 2013

LA CARRERA DE PADRE.

Como previa a la carrera de padre, comencé practicando como tío. Así, cuando nació mi primera hija, ya sabía cambiar pañales (¡de los de tela!), bañarla, prepararle la comida (aunque sus variantes eran muy pocas) y hacerla dormir. Después, por esas cosas de la vida y las singularidades propias de mi propia vida, tuve más hijos. Más. Muchos más.
Además de mis hijos biológicos, como si fuesen pocos, sumé a mis hijos de corazón. Más. Muchos más.
Cuando pienso que a veces me equivoqué por tal o cual razón, aparece un hijo (o una hija, claro, se entiende) a decirme que para él (o ella) no estuve equivocado. Así que lo que para unos fue bueno, para otros puede no haberlo sido. Y viceversa.
No sé si porque mi padre murió cuando yo tenía quince años y poco después me largué a vivir solo, tomé muy en serio lo dicho por Kahlil Gibran.

“Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos, como flechas vivas, son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad”.

En el Día del padre, agradezco a mis hijos el ayudarme a aprender a serlo (¡espero terminar de aprender algún día!).Todos, están en mi corazón. Si, como dice el poeta, no puedo visitar, ni en sueños, sus casas del mañana, ellos y ellas habitan y habitarán mi casa del siempre.

¡Feliz día, hijos, por permitirme vivir el DÍA DEL PADRE!

jueves, 13 de junio de 2013

GUSTAVO PRESIDENTE

La permanente aparición en FB, y otras redes sociales, de comentarios reivindicatorios del nefasto período stroessnerista, en los que se nota la absoluta falta de interpretación de los hechos históricos y la incidencia de estos en el devenir de las sociedades, pretendiendo justificar con supuestas virtudes aparentes (ausencia de violencia civil, aparente paz, supuesto bienestar económico, etc.) el encumbramiento de la corrupción, el despotismo y la inoculación de los más perversos vicios en la matriz de la sociedad (desprecio por el estudio y la formación intelectual; valoración del prebendarismo; implementación del delito de contrabando como forma de trabajo asumido como legal; violación sistemática de los derechos inalienables de las personas, como los de pensar, disentir, analizar, entre otros muchos males), me llevó a recordar el título del libro de mi querido y lamentablemente ausente amigo, Santiago Trias Coll.
Fue precisamente con el lanzamiento de su libro que da título a esta nota, que nos conocimos en 1990. Tal como lo recuerda el sitio Portal Guaraní, ese año le entregamos a Santiago el Premio Curupayty, cuando era esa la radio dedicada a la difusión y promoción del hacer cultural del país y tenía yo el honor de ser el conductor de sus programas emblemáticos, contando para ello con el apoyo de todos y cada uno de los que hacían a la radio. Desde su Directora de entonces, Chony Calderón, hasta cada uno de los operadores.
Quienes compartimos las singulares circunstancias de la entrega de los premios ese tan especial 26 de diciembre, saben de cuántos sentimientos hacen de ese día una fecha inolvidable.
Con Santiago Trias Coll, establecimos una amistad sólida y entrañable que duró hasta su muerte, en 1996, a sus tempranos 50 años.
En cada una de nuestras tantas charlas, analizábamos, con Santiago, las tantas y cuantas virtudes que hacían de este querido Paraguay el lugar elegido para llevar adelante nuestras vidas. También, lógicamente, nos dolían visceralmente los vicios que infectaban el cuerpo social de nuestro país adoptivo (o adoptado).
Hoy, cuando veo cómo persisten algunas de las bacterias inoculadas, con la pertinaz resistencia de las especies pestilentes (como las cucarachas a los venenos), no puedo menos que recordar algunas palabras de Ricardo Caballero Aquino en el prólogo del segundo “Gustavo presidente”: “Lo que hubiera pasado si… Entre las preguntas más imbéciles con que se puede importunar a historiadores profesionales, descuella esa donde se le pide que lucubre algunas de las posibilidades si en lugar de ocurrir lo que aconteció, hubiera tenido lugar lo contrario”.
¡Cuántas páginas increíbles habría escrito Santiago en estos, también increíbles, veintipico de años!

¡Salut, inoblidable amic!

jueves, 6 de junio de 2013

¿MALDECIR ES DECIR MAL?

De ser así, hay muchos malditos. Y malditas. Muchos y muchas, ellas y ellos, todos y todas.
¿Por qué se empecinan en decir proveído (Que según la RAE es: Resolución judicial interlocutoria o de trámite) cuando lo que quieren decir es provisto?
No sé qué otra locura le agarró a un montón de ¿periodistas? que empezaron a usar un americanismo plurívoco cuando existe un término unívoco y universal en el mundo de habla hispana. Plagio, en su primera acepción y utilizada como tal desde el principio de los tiempos, se aplica a la acción y efecto de plagiar, es decir, copiar obras ajenas. No sé de dónde ni porqué, se estableció el uso para referirse al hecho de secuestrar a alguien. Sí, claro, la RAE lo aceptó. ¡Qué más le queda! La lengua es dinámica y muta, pero ¿para qué cambiar algo claro y unívoco (secuestrar es secuestrar, clara e inequívocamente) por algo confuso y plurívoco (plagio puede ser copiar la obra de otro o secuestrar)?
El pequeño revolucionario que hay en mí (o el burgués conservador, no sé) se resiste a aceptar que dé lo mismo impreso que imprimido o que se haya incorporado fritar por freír. O producí por produje. ¡Puaj!
Me maldecirán, pero evitaré mal decir.

DESPUÉS, NO NOS QUEJEMOS.

Hoy (05/06/2013) leí que un albergue que atiende las necesidades básicas de unos 50 niños indígenas (indigentes), deja de funcionar por falta de recursos.
Eso puede llegar a significar que podría ocurrir que en las calles pueda haber 50 nuevos adictos a la cola de zapatero, 50 nuevos limpiavidrios, 50 nuevos peajeros, 50 nuevos tortoleros, 50 nuevos… desamparados.
Sé que es una responsabilidad del estado y que para eso se pagan los impuestos. Todos lo sabemos. Todos decimos más o menos lo mismo. Pero, también, todos sabemos que lo que se recauda de los impuestos no siempre (¿?) llega al destino que debería llegar, quedándose, en sumas considerables, en sueldos de senadores, diputados, funcionarios múltiples, choferes, viajes, viáticos, cenas, oropeles, parafernalias y fruslerías.
Es vergonzoso enterarse de que el Congreso se dispone a gastar G. 350 millones en pines de oro que lucirán los parlamentarios en el juramento de la nueva legislatura, cuando los niños del albergue solo necesitan G. 144 millones para cubrir el rubro para alimento de un año. Vergonzoso y vergonzante.
Erradicar a la pobreza es un problema de estado.
Asistir a los pobres, es una responsabilidad de todos. Especialmente de quienes manifiestan y defienden sus confesiones religiosas inspiradas en el amor al prójimo.
Me parece excelente que se apoye a Teletón con su comilona anual. Pero, pregunto: ¿No sería matar dos pájaros de un tiro si, en vez de ir a comer como unos desaforados, se hiciesen comilonas igualitas, con los famosos, las empresas, los fotógrafos, las cámaras… y la comida se le diese a los pobres que no tienen qué comer? Hacemos todo igual, con la diferencia de que iríamos, pagaríamos por uno o dos o los platos que queramos pagar, nos tomarían las fotos, saldríamos en la tele pero, en vez de comer nosotros (que en casa no nos fala), en las mesas estarían sentados chicos de la calle, de guarderías, indígenas… ¡qué sé yo! Seguro que no habrá de faltar a quiénes invitar.

Que se cierre por falta de recursos un albergue que brindaba amparo a 50 niños, no es una injusticia. ¡Es una barbaridad!

…Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, ASÍ COMO…


…Jaeggli va a perdonar a los transportistas.

El planteo del Presidente del Congreso, no es, tal como muchos piensan, una propuesta descabellada. En el mundo capitalista, es normal. Se llama moratoria y se aplica de forma directa o encubierta en infinidad de casos. El problema no es que condonen las deudas de papel. Lo complicado del caso es la instauración, una vez más, de la impunidad. Y el sostenimiento de un sistema que no sirve. Cuando se habla de “servicio público de pasajeros”, no significa, solamente que el público puede usarlo. Se denomina así, porque debería ser lo que dice: servicio público. Y, para ello, no puede estar en manos privadas. Para eso están los servicios privados de pasajero. Como los taxis, por ejemplo. Pese a lo cual, de manera incoherente, también están regulados. Y es ese jopara de público pero no tan público y privado no tan privado lo que complica la cosa.
El estado debe proveer un servicio público, con buenos colectivos, a un precio regulado, para que TODOS puedan acceder al transporte. Por otra parte, deberían habilitarse servicios diferenciados, con aire acondicionado, butacas reclinables o lo que quieran, para que el sector privado brinde otros servicios liberados de toda regulación. Que las leyes del mercado se encarguen de regular. Sé que es mucho pedir, pero sería bueno que nos saquemos de encima la sempiterna polaridad inconducente de socialismo o capitalismo. Todo a cargo del estado o nada a cargo del estado.
Volviendo a la condonación de las deudas, es probable que no haya más soluciones. También debería hacerse una moratoria tributaria y ver una negociación análoga con las deudas al IPS. NO ME GUSTA COMO SOLUCIÓN, pero, reitero, es muy probable que no haya otras.
La cuestión más seria es el después. Cómo implementar las renegociaciones. Y aquí no hay muchas opciones. Solamente con garantías reales y cláusulas punitorias claras, precisas y de ejecución sumaria. Como se hace en la sociedad más capitalista del mundo. En EE. UU. no pagás la cuota del auto y aparecen unos tipos (empresas privadas, también) que te lo levantan con una grúa y se lo llevan. Así de simple. Lo mismo con las hipotecas. No se andan con vueltas. No pagás y chau che.

¿Qué con la moratoria se benefician los pillos? Y… sí. Así es el sistema. Pero en algún momento hay que buscar soluciones drásticas. Ahora, si la cuestión es condonarles las deudas, prestarles más dinero y que paguen si quieren… ¡eso sí que no! No es difícil la solución. Lo importante es que el estado entienda que su responsabilidad es con la REPÚBLICA. La “res pública”. La cosa de todos. Que, justo este año, cumple 200 años en el Paraguay.

LA ACADEMIA.

¡Pobre Platón! Pensar que cuando la fundó en el 384 a.C., lo hizo para enseñar matemática, dialéctica y ciencias naturales. Pero, en fin. El nombre no representaba más que la recordación de un héroe legendario de la mitología griega, quien no se había destacado más que por saber pelear. Y como estaba enterrado fuera de Atenas, en un lugar adecuado para la enseñanza… (Más información: Santa Wikipedia).
No es que yo sea un tarado que no entienda que la televisión es un negocio, pero no deja de preocuparme que se diga que es “el proyecto más grande de la historia de la televisión paraguaya”. ¡Mirá que ha habido proyectos que necesitaban un poco de apoyo y nadie, jamás, les puso un guaraní!
¿Sería posible que algún día, algún distraído productor, apoyase, por ejemplo, una academia para corregir el mal escribir y, en consecuencia, el mal hablar?
Copié las primeras siete líneas de la presentación y encontré argumentos para justificar un programa como el que propongo:

“La Academia, es el primer reality show que se producirá en Paraguay. En un evento único, 20 elegidos convivirán las 24 horas del día y podrán ser observados por todo el país” ¿No deberían decir “en todo el país” y, en tal caso, por miles de personas?

“Nada quedara oculto en LA ACADEMIA.” Sé que es un acento, nada más, pero el futuro del modo indicativo de quedar es “quedará”. ¿Me explico?

“Mediante un casting a través de todo el país en donde se presentaron mas 3000 personas” (sic) Esto significa que así, tal cual, está escrito: “mas 3000 personas”. No es que sea hincha, pero… ¿Tanto cuesta escribir “más de 3.000 personas”?

Para concluir: “20 jóvenes talentosos fueron seleccionados para ingresar a la mejor escuela artística del país: LA ACADEMIA; donde serán instruidos por 4 meses.” ¿A alguien se le ocurre suponer que los meses, por sí mismos, pueden enseñar algo? Supongo, que habrán querido decir: Serán instruidos DURANTE cuatro meses por especialistas, profesionales… no sé, alguien que pueda instruir, si es que de eso se trata.


Los medios de comunicación deben sustentarse en tres pilares fundamentales: informar, entretener y educar. ¿No se podría hacer un pequeño esfuerzo para balancear algo la cosa? ¿O, al menos, ya que se gastó tanto, contratar a alguien que corrija lo que escriben? Pregunto, no más.

GUARANÍ ¿SÍ O NO?

Sí y no. Y todo lo contrario. Los idiomas nacen por necesidad, crecen por conveniencia y se mueren por falta de uso. Si aceptamos esto, el guaraní tiene vida para rato, porque se habla y se seguirá hablando naturalmente por mucha gente. Ahora, si lo quieren matar, que sigan queriéndolo imponer en la enseñanza básica. Nunca escuché a tantos jóvenes decir “¡Odio guaraní!” como cuando lo tienen que estudiar por obligación. Para estudiar, el guaraní es ríspido, complicado, inasible. Usan una gramática prestada del español que no le calza y se esfuerzan por imponer palabras que no se usan ni se usarán.
¿Enseñar en guaraní? ¡Sí, claro! Especialmente en el interior.
¿Alentar el uso del idioma? ¡Sí, claro! Desde los primeros años.
¿Involucrar el idioma con la identidad nacional? ¡Sí, claro! Y organizar concursos, debates, obras teatrales…
Pero, ¡por favor!, no intenten imponerlo por la fuerza.
HAY QUE FORTALECER EL USO DEL CASTELLANO. Esto sí que es imprescindible. Es la única manera de poder tener presencia activa en los foros de la región, negociar adecuadamente, desarrollar el sentido crítico, incorporar el pensamiento filosófico, estructurar adecuadamente el lenguaje. Luego, con un idioma culto desarrollado (y lo de culto es una referencia basada en los años de estudio, reglas y fórmulas universalmente aceptadas, etc., etc.) será más fácil estudiar el guaraní.
De igual modo que estoy convencido de que la enseñanza convencional debe adecuarse a los nuevos tiempos, sostengo con igual convicción que el idioma guaraní necesita de mucho más trabajo por parte de filólogos y expertos en áreas concurrentes como para encontrar una estructura propia, una gramática dinámica y la consecuente elaboración de materiales didácticos modernos apoyados en las TIC, desarrollo de materiales de entretenimiento, ámbitos de apoyo y promoción, y más. Mucho más.


sábado, 11 de mayo de 2013

NO A LA PASTILLA DEL DÍA DESPUÉS


Promover el uso de las pastillas del día después es una muestra evidente de la ignorancia existente respecto de lo que es la educación sexual.
En primer término, habría que hacer un curso especial para profesionales de la salud, docentes y demás involucrados que hayan recibido sus títulos antes de la semana pasada. Porque ni en las escuelas, ni en los colegios, ni en los institutos de formación docente, ni en las universidades se ha enseñado educación sexual. Nadie sabe de qué habla cuando habla de sexo. Bueno, no digamos nadie, digamos la gran mayoría. Al menos, coincidamos, la gran mayoría de los docentes, por ejemplo. Lo terrible del caso es que, por ejemplo, los católicos ni quieren que se hable del tema. Entonces, cuando se refieren a la Virgen María, los niños y niñas no tienen la más mínima idea de a qué se refieren. Toman la comunión, por ejemplo, a los siete u ocho años, venerando una supuesta virtud (la virginidad inmaculada) de la que saben menos que lo que saben que significa “y trozada la augusta diadema enalzaron el gorro triunfal” que, ya que estamos en repetir sin saber, repiten sin tener idea.
¿Cómo debería enseñarse educción sexual? Pues… ¡cómo debería enseñarse todo! RESPONDIENDO PREGUNTAS Y DUDAS. No sirve de nada que una maestra ruborizada por lo que tiene que decir, diga lo que nadie le preguntó quedando, en muchos casos, por debajo del conocimiento de algunos chicos y chicas en algunos campos que ella misma desconoce. A los chicos (¡uf!, y a las chicas) les importa un corno qué son las trompas de Falopio o cuál es la función de epidídimo o el método de Ogino-Knaus. Les preocupa mucho más saber por qué se tienen poluciones nocturnas, cuál es la función del clítoris, por qué se excitan los pezones, si es conveniente o no el sexo anal, cuáles pueden ser las consecuencias del sexo oral, entre muchos, muchísimos más etcéteras. ¿Están preparados nuestros docentes para responder estas cosas?
No alcanza con repartir condones y decirles que si tuvieron sexo sin ellos, pueden recurrir a una pastilla el día siguiente. Es imprescindible enseñarles qué es el sexo, cuáles son las ventajas de las relaciones sexuales seguras y que éstas no son tan simple ni inocuas como salir a dar una vuelta a la manzana.
Es imposible contrarrestar el bombardeo permanente de publicidades que promueven las relacione sexuales para promocionar desodorantes, alcanzar el éxito o qué sé yo qué.
El sexo, para los adolescentes, es mucho más importante que saber qué pasaba en la medialuna de las tierras fértiles o si el Mcal. López dijo muero con la patria o muero por la patria.
Una vez más, deberíamos plantearnos cómo encarar la educación y comenzar a educar a los que deberán educar.

jueves, 9 de mayo de 2013

PADRES CÓMPLICES


Un estudio realizado en la región, publicado en el 2011(1), señala que “El alcohol es la droga de mayor consumo entre los estudiantes secundarios, según los nueve países en que se realizó esta investigación. La mayor tasa de consumo actual la registra Colombia, con 51,9%. En Paraguay, la tasa de consumo de alcohol fue del 40,1% y el uso precoz, medido en menores de 14 años, fue del 25,2%.”
Lo que asusta, es que los padres inducen, fomentan y celebran el consumo desmedido de alcohol por parte de sus hijos e hijas.
Más allá de la vigencia actual del informe o sus ajustes, lo que podemos decir, porque lo vemos, es que son muchos los chicos (y chicas, lo que es muy grave) que consumen alcohol desde muy temprana edad y en cantidades excesivas.
Y los padres son cómplices de que esto ocurra. Y las autoridades, también.
La ley 1642/00 vigente, prohíbe tanto el expendio como el suministro gratuito de bebidas alcohólicas a menores de 20 años. Supongamos que, al haberse bajado la mayoría edad a los 18 años, éste sea el límite de la prohibición. Pues bien: quien le vende o provee bebida a los menores de esa edad, está cometiendo un delito. Los padres que no denuncian que esto haya ocurrido, son cómplices por no cumplir con la responsabilidad que implica la patria potestad. Ambos, quien provee el alcohol y los padres, deben ser sancionados. Así de simple.
El alcohol es una sustancia psicoactiva que afecta al cerebro y a la mayoría de los órganos del cuerpo. Su consumo (en exceso) afecta al consumidor mismo y a quienes le rodean, por estar relacionado con violencia familiar, accidentes fatales de tránsito y violencia interpersonal. Sumémosle a esto, que el consumo de bebidas alcohólicas también está asociado con comportamientos de alto riesgo, como sexo no seguro y uso de otras sustancias psicoactivas. Los estudios sugieren una asociación entre consumo de alcohol y VIH/SIDA, por ejemplo.
Pese a ello, la publicidad masiva de bebidas alcohólicas, el vínculo del consumo de alcohol con el logro de prestigio social, la promoción permanente de eventos de diversas índoles, incluso deportivas, por parte de marcas de fama internacional, le quitan la condición de droga de alto riesgo.
No alcanza con un cartelito que diga cuáles son las consecuencias de beber ni que aconseje no hacerlo. Hay que enseñar a que su consumo excesivo es pernicioso y que está prohibido el consumo por parte de menores. Si no lo hacemos, somos cómplices.


martes, 7 de mayo de 2013

EL SILENCIO DE LOS INSOLENTES


Primero, veamos qué decimos, cuando decimos insolencia. Tiene la misma raíz de la palabra insólito: SOL, del verbo soler. (Costumbre de hacer. Soler hacer tal o cual cosa).  Insolentia en latín significa falta de experiencia pero, también, falta de moderación,
Para la RAE, insolencia, en su primera acepción, significa atrevimiento, descaro. Y los insolentes son unos descarados. Es decir, gente que no tiene cara. Que no les da para poner la cara. Que eluden la responsabilidad. Y responsabilidad es respuesta. Por eso, porque no responden, son irresponsables.
Muchos insolentes asumen el silencio como respuesta a las acusaciones. Lo que es una irresponsabilidad. Si miramos el caso de la Argentina, cabría suponerse que a esta altura de las acusaciones de evasión, fuga, lavado o lo que fuera de dinero aparentemente vinculado al gobierno o al gobierno anterior o a algún gobierno, alguien, en nombre del gobierno, debería decir algo. Porque el que calla, otorga. O permite suponer que calla porque no tiene cómo defenderse. O, peor, calla, porque el resto de los mortales está por debajo de su magnificencia y, entonces, no merece ni que le respondan.
Es común observar ciertas conductas atípicas en los canes. De repente, sin saber por qué, pareciera ser que uno de los pichichos se confunde al otro con una pichicha y, sin mediar palabra (¡bah! ladrido, gruñido o algo), procede a un tratamiento análogo al que tendría si fuese una pichicha en celo y… (¡uf! ¡Ya está! Se entiende ¿no?). La cuestión es que el perro confundido, al que le toca ser pichicha por un rato, no dice nada, no hace nada, se queda quietito, mirando para otro lado, haciéndose el perro al que lo están… ¡eso!
Debe ser muy humillante que a uno lo acusen de algo, como por ejemplo de haber estado en contubernios con un poderoso del que luego hablará pestes, o haber recibido beneficios inmerecidos, como tierras, por ejemplo, o haber accedido a un puesto político sin derecho a obtenerlo, por  postularse en un departamento en el que no vive, o que trabajó de manera encubierta para los poderosos más asociados a la implantación de las más terribles dictaduras con el más alto precio en vidas y dolor… Decía, que debe ser muy humillante que a uno le digan todas esas cosas (y más) y en vez de responder de frente, como debería hacer una persona con honra y dignidad, quedarse en silencio, callar, no responder, no hacerse responsable de las acusaciones que recibe. Sé, por haberlo escuchado en algún caso, que algunos justifican el silencio diciendo que si responden le dan más trascendencia a la acusación, la hacen más notoria, porque las únicas personas informadas son las que lo escuchan a él, así que no tiene porqué responder. Que no debe responder, luego.
¡Qué triste debe ser tener todas las posibilidades para responder y no hacerlo por creer que así le darán entidad a la acusación! Pongo el dedo. Tapo el Sol. Mientras tenga el dedo tapando, nadie verá el Sol. Sin embargo, no alcanza. Antes, cuando las dictaduras (políticas o económicas) podían condicionar a la comunicación, puede ser que se pudiese tapar el Sol con un dedo. Hoy, no.

viernes, 3 de mayo de 2013

VIOLENCIA DE GÉNERO (O COMO SE GENERÓ LA VIOLENCIA)


El caso Adolfo Trotte es un emergente de la violencia instalada, no solo en el Paraguay, sino en toda la región. Y en el mundo.
Más allá de la condena a 40 años (30+10), la posible reducción o el indulto presidencial que algún día pudiera ocurrir, pase lo que pase, el daño está hecho. Él podrá discutir la justa extensión de la pena. Su esposa no. Sonia está muerta. Y él la mató. De eso no hay dudas. De que él la mató y de que ella está muerta.
Pero éste es un caso, uno de los tantos que ocurren a diario aquí o en los países vecinos.
Uno de los pocos informes realizados con relación al feminicidio, señala  que aproximadamente 66.000 mujeres son asesinadas cada año a nivel global, es decir que unas 181 mujeres son asesinadas por día. Casi  8 mujeres por hora. Más de una cada diez minutos.
De los 25 países con mayor número de feminicidios, más del 50% están en América: cuatro en el Caribe, cuatro en América Central y seis en Sudamérica. Y esto no es casual.
La exagerada formación machista, justifica la violencia intrafamiliar y el desprecio hacia la mujer de manera permanente. Como será que hasta las hijas de Adolfo Trotte, es decir, las hijas de la mujer asesinada, las hijas de Sonia, consideran excesiva la condena impuesta a su padre.
Muchos, como si fuese un justificativo, pretenden argumentar como defensa que Sonia tenía un romance paralelo.
Pese a que le pegó dos tiros a mansalva, que la arrastró y llevó con él en su vehículo hasta abandonarla ya muerta, argumentan que no hubo crueldad.
¿Qué tendría que haber hecho para que se lo considere cruel? ¿Matarla a golpes? ¿Quemarla con un cigarrillo? ¿Descuartizarla viva? ¡Por favor!
La violencia está instalada como hábito en la conducta cotidiana.
La orden desprovista del más elemental respeto, ausente de por favor y gracias, educa en la violencia.
Cachetadas, pellizcos, cintarazos, forman parte de los recursos “correctivos” de muchas personas, más allá del nivel socio cultural al que pertenezcan.
Por otra parte, la prescindencia de las más elementales normas de conducta y límites de control, también ayudan al desborde.
Hubo una época, no muy lejana, en la que las familias establecían pautas básicas de convivencia. Se comía a tal hora. El que no estaba a la hora de comer, debía tener una causa muy justificada. Por lo menos una de las comidas del día se compartía entre todos. Los padres estaban presentes. Los padres ponían los límites.
En esa época, no tan lejana, se pedía permiso para ir a tal o cual lado y si no se iba al lugar que se había dicho, se cancelaban futuros permisos.
No era necesario recurrir a las autoridades, ni imponer leyes especiales, ni decretar edictos. Los padres ponían los límites y los hacían cumplir. Tenían la autoridad que confiere la patria potestad y la ejercían hasta la mayoría de edad de los hijos. Y asumían la responsabilidad que ello implica, también.
La violencia es natural, constitutiva de nuestra condición humana. Como tantos otros animales, la hemos ido controlando para poder vivir en grupos, en sociedad, en el caso del animal humano.
¡Claro que queremos pegarle una piña o un sopapo al que nos quita el lugar del estacionamiento! Pero sabemos que no debemos hacerlo. La conducta social se impone a las ganas de hacer del individuo. Somos seres socializados y debemos actuar de acuerdo a las normas que la convivencia social exige.
En términos generales, la mujer es físicamente más débil que el hombre. Aprovecharse de los débiles es un acto ruin. Hago la aclaración de “en términos generales”, porque conozco casos de ruindad inversa. Mujeres que se aprovechan de la debilidad del marido y los muelen (o molían) a palos.
En ambos casos, no controlar la violencia, es una muestra de salvajismo, sí, de salvajes, de gente que no ha sido educada. De personas que prefieren la convivencia animal que el desarrollo armónico de las personas educadas. Y, una vez más, nos encontramos con la mala educación.
Reitero lo que decía al principio. El problema no es solo algo nacional. Ocurre cada vez más en el mundo. Y seguirá creciendo si no solucionamos los problemas de fondo, las bases de la formación.

miércoles, 1 de mayo de 2013

¿QUE EL TRABAJO QUÉ?


-Dignifica, dije. Hace digno al ser humano. Le permite ostentar con orgullo el beneficio de su propio esfuerzo –intenté explicar al auditorio, durante un curso en el que la mayoría me miraba con cara de asombro, como si estuviese escuchando a un loco, un desubicado, un exocogitante (dícese de seres de otros planetas que, se supone, piensan distinto a cómo pensamos nosotros).
En muchas oportunidades he tenido a mi cargo la selección de personal para diversas empresas. Acá y en el extranjero. Más al revés, es decir, más en el extranjero que acá. Y esta referencia la hago porque sirve para ubicarnos en los contextos de los comentarios que haré. Sigo.
Como para mí los CV son meras referencias de datos que bien podrían escribirse en una carilla (la mayoría están llenos de datos al cohete o informaciones inútiles, como “Curso de computación en… Experto en Excel y Word…” y en el momento de tener que hacer una nueva fórmula o vincular correspondencia no saben ni dónde ubicar las herramientas), mis selecciones se basan en las entrevistas personales. Grafología, PNL, olfato y experiencia, junto a algunas otras, son mis principales herramientas.
“¿Por qué se presentó a este aviso?”, es una de las primeras preguntas de rigor.
Acá, en Paraguay, la mayoría de las veces, la respuesta es: “Porque necesito trabajar”. Sigo: “¿Por qué necesita trabajar?”. Respuesta (con mirada desconcertada) “Y… porque necesito ganar dinero”.
Pocas veces he escuchado, especialmente acá, que digan “Me interesó la propuesta porque es un área en la que me sé desenvolver muy bien” o “Es una muy buena oportunidad de superación en una empresa reconocida” o “Desde que me recibí estoy esperando la oportunidad de demostrar mi capacidad” o… ¡Mentime, aunque sea! Pero esa terrible realidad de buscar trabajo porque necesitan dinero, es un índice de la pésima formación laboral de la gente y la poca valoración del trabajo como factor de desarrollo y crecimiento. Y esto no es casual.
Conozco (pienso que todos conocemos) gente que va solamente a marcar tarjeta en reparticiones públicas. Y van porque tienen que poner el dedo, que si no, ni van. Total, mientras el jefe de personal se lleve el 10% del salario, todo está bien. Y en casi todas las familias hay, por lo menos, uno de estos “vivos” que ganan dinero sin trabajar. Y son el ejemplo a imitar. A ver si en el futuro no le logran un puestito al nene que ya tiene 14. O a la nena, de 16. Aunque a ella, perece que ya le están viendo “para su puestito”.
Ni en la escuela ni en el colegio les enseñan a los alumnos el valor del trabajo. No hay formación en valores genuinos. Se destacan valores equinos o caninos, como la obediencia y la disciplina, pero se olvidan de esos valores que hará de esos chicos (y chicas, claro, desde luego) agentes del cambio que necesita la sociedad. Si no se fundamenta la dignidad del trabajo, a partir de salarios y tratos dignos, celebrar el Día del Trabajador será una más de las tantas hipocresías de uso corriente.

martes, 30 de abril de 2013

DÍA DEL MAESTRO


Otra vez, en dos sillas mal sentado. Yo soy maestro. Y si bien me recibí en Argentina, lo soy allí, acá y en la Cochinchina. Y no soy maestro porque no sabía que seguir. Fue mi opción y mi vocación. Y lo es. De mis 13 oficios, 14 miserias, el periodismo y la docencia son los que me han dado más satisfacciones. Y dolores de cabeza. Quizás por eso los amo tanto. Nadie ama lo que no afecta, lo intrascendente. Agradezco a quienes me saludaron y saludo a todos los maestros (y maestras, claro) del Paraguay y el mundo. Hoy se celebra acá pero, al menos yo, lo celebro con todos.
Plutarco, historiador, magistrado, biógrafo, ensayista, embajador…. entre otras cosas más, vivió entre, más o menos, el año 46 (quizás 50) hasta el 120.
Comparto algunas de sus frases ilustrativas: “Como decía Sócrates ‘¿A dónde os dejáis llevar los que ponéis todo vuestro esfuerzo en la adquisición de riquezas, pero os preocupáis muy poco de los hijos a los que se las vais a dejar?’ Es como si uno se cuidara del calzado, pero no tuviera cuidado de los pies.”
Cuenta, también, que una vez un hombre le preguntó a Aristipo, célebre educador,  cuánto le cobraría por la educación de su hijo. “Mil dracmas” respondió. “Pero qué barbaridad” dijo más o menos el padre, y agregó: “Por mil dracmas puedo comprar un esclavo”. “Hazlo –dijo Aristipo- y así tendrás dos esclavos. El que compres y tu hijo”
Han pasado dos mil años y la cosa sigue igual. Muchos padres con inmensas fortunas creen (o al menos hacen creer que creen) que la educación se soluciona en la escuela, en el colegio y en la universidad.  Ni idea de lo que es, realmente, la educación.  Los mismos, creen que pagar un colegio caro es garantía de buena educación. Lo que les importa, realmente, no es la educación, sino el prestigio que la institución brinda. Y eso no es solo acá, ni es de ahora. Siempre hubo quienes soñaron con Eaton, Yale, Harvard, no tanto por aprender, sino por relacionarse.
El problema es que, a nivel local, nunca se ha tomado a la educación como una cosa en serio. Responsablemente. O sí, e hicieron todo al revés, no por error, sino a propósito, para mantener a la recua ignorante. Y, lamentablemente, la cosa pareciera seguir siendo así.
No pongo en tela de juicio la buena intención de gente que está trabajando para colaborar con un cambio de la educación. Lo que señalo, es que no tienen idea de lo que realmente deben cambiar. Ni qué, ni cómo, ni para qué. Nuevas reformas, más paños fríos, aspirinas para el cáncer. Emparches. Remiendos.
Hace años que vengo diciendo (el único que me escuchó fue Vicente Sarubbi, quien me dijo que estaba loco –yo, claro- y que jamás aceptarían una locura como la que proponía. Pero, al menos, me escuchó). Decía, digo, que la única solución que tiene la educación en el Paraguay consiste en suspender las clases durante un año, forzar a los docentes a una formación exhaustiva en lectoescritura, desarrollo del sentido crítico y utilización de nuevos recursos didácticos; elaboración de un plan de emergencia para la educación basado en tres pilares: lectura comprensiva, redacción efectiva, cálculos matemáticos sin recursos externos (mentales, sin calculadora, ni computadora, ni nada) y educación física en serio, no partidos de fútbol o de volley, solamente.
¿Y qué van a hacer los alumnos/as durante ese año? Muy fácil: los mayores, pintar, reparar, acomodar los colegios, las escuelas, las aulas. Los más chicos, jugar. Bajo la mirada de facilitadores pedagógicos que contribuyan con propuestas ludodidácticas.
Al año siguiente, ya habrá maestros/as preparados/as para enseñar a leer y a escribir. A todos. A los de la primaria y la secundaria. Y a los universitarios que no aprueben un examen de redacción.
NO SE PUEDE APRENDER NADA SI NO SE APRENDE A LEER Y A ESCRIBIR.
NO SE PUEDE HABLAR BIEN SI NO SE APRENDIÓ A LEER BIEN.
¿Y cuándo aprenderán historia, geografía, ciencias naturales….? ¡CUANDO HAYAN APRENDIDO A LEER Y A ESCRIBIR!
Con el sistema actual de educación, se logra memoristas autómatas. Efímeros sapientes de respuestas armadas. Sabios fugaces de la página 37 a la 43.
Con la información al alcance de un click y la memoria de un elefante en un pen drive de 3 centímetros cuadrados, si no se cambia rápido el criterio educativo, las universidades seguirán pariendo analfabetos profesionales.  Y los colegios, brutos con título.
¿Feliz día del maestro? Y… sí. Los desafíos deben celebrarse ¿no?

viernes, 26 de abril de 2013

PERIODISTAS, SECRETARIAS Y SECRETOS.



Hoy se celebra el Día de la Secretaria. La encargada de guardar los secretos.
Hoy se celebra el Día del Periodista Paraguayo, el encargado de desvelar los secretos.
Bien podría ser, hoy, el Día del Secreto.
De secretaria no sé demasiado, ya que si bien tuve muchas, nunca lo fui.
De periodismo sé, aunque siempre se aprende algo, porque lo soy desde hace 48 años. Toda una vida. Más que muchas vidas.
Tenía 14 años cuando vi por primera vez, en la sala de redacción de ese inolvidable primer diario de mi vida, la frase de Haroldo Foulkes que decía: “Ser periodista, es la forma más divertida de ser pobre”. Y acepté que esas eran dos condiciones necesarias para ser periodista: vivir de manera divertida y ser pobre.
Si uno vive la vida como un amargado, no será jamás un buen periodista. El humor es una de las máximas manifestaciones del ingenio.
Un periodista, es necesariamente pobre. Si no es pobre, dudemos de él. (Quizás haya honrosas excepciones que no conozco). El dinero tiende a envilecer. Y un vil, jamás podrá ser buen periodista.
Podemos estar de acuerdo con lo que manifiesta, o no. Puede gustarnos como habla o escribe, o no. Pero a un periodista debe gustarle lo que dice y estar de acuerdo con ello. Si no es así, será un amanuense, un lacayo, un escribiente, un ghost writer, un pluma vendida, un bocón, un… lo que sea, pero no un periodista.
Para las secretarias que guardan los secretos y los periodistas que los difunden con responsabilidad, ¡FELIZ DÍA!

jueves, 25 de abril de 2013

ME DESBORDÓ EL VASO. CARTA ABIERTA A HUGO RUBÍN.


No sé si habrás de leer esto, porque es largo y vos no sos de mucho leer. Cosa que, lamentablemente, se nota. Y mucho. Pero, acá va, por las dudas.
Durante mucho tiempo me pareciste el más centrado de tus hermanos. Es evidente que, ser excéntrico, no es el único problema en tu familia.
Realmente, no sé qué te pasó. Porque pintabas bien. Parecía que ibas a ser un buen tipo.
Cuando me contaron algunas taradeces tuyas en el terrible programa mañanero con el que algunos madrugadores masoquistas inician sus flagelos, me costó creerlo. Que te peleases con unas niñas en crecimiento por el protagonismo que pudieran tener, empalideciendo el tuyo, me pareció muy de tipo con la autoestima por el suelo. Pero, bueno, nadie es perfecto.
Cuando saliste con que a los presos había que hacerlos trabajar engrillados, ya se me empezó a colmar el vaso.
La búsqueda de protagonismo al precio que fuere, ladrándoles como chihuahua enardecido con síndrome de alteración sexual a los presidentes de Uruguay y Argentina, países a los que tu padre les debe demasiado, le agregaba contenido a mi vaso casi desbordante.
Que sin ningún respeto de género ni la mínima muestra de caballerosidad, obviamente indemostrable porque lo de caballero te es ajeno, hayas tratado de perra a una mujer, máxima mandataria de un país (aunque esto es accesorio), demuestra que el acervo machista de Humberto se impuso, una vez más, a las tibias intenciones superficiales de Gloria por defender a la mujeres, cosa que siempre me pareció más discurso e interés que vocación y compromiso. Sigue cargándose el vaso.
Pero que porque alguien te llamó la atención lo hayas tratado de “empleadito” por su condición de trabajador y de “comegato” por su condición de argentino, ya rebalsó el vaso y me dio por las tarlipes.
¿Quién te crees que sos, energúmeno soberbio, para tratar de menospreciar a alguien por ser un trabajador? ¡Justamente vos! Vos, que ni para leer las preguntas de el saber se va con no sé quién, servís, porque, como dijera, no es que lo de leer vaya mucho contigo. Vos, que sos tan honesto que si encontrás un trabajo, lo devolvés. Vos, que si te mandan a espiar, tocás timbre. Vos, que si te mandan a buscar coca a Colombia, traes Pepsi.
¡Por favor! Si aún queda un masón digno en tu logia, debería pedir que entres en sueño, porque ya sos una verdadera pesadilla.
Por la condición de mayor ante tu evidente adolescencia inmadura e irreverente, te exijo que públicamente te retractes de todo lo dicho, recurriendo a las virtudes de la tolerancia y la templanza.
Espero que hayas llegado hasta acá o que alguien te lo haya leído. Lo que hiciste, no se hace. Lo que dijiste, no se dice.
Paraguay es un país digno, que merece representantes que también puedan ostentar la dignidad, no la falsa soberbia de los vanidosos vacuos.
¡Y, para colmo, vas a tener fueros!  ¿Cuántas barbaridades más vas a decir y hacer? Como dijera el Rey de España: “¡Por qué no te callas!”

martes, 23 de abril de 2013

CHIP




El 1 de enero de 2027 se impuso el uso del chip de identificación en todas las personas del mundo. Sí, en las personas humanas. Claro.
Ya mucho antes del 2000 se había hablado del tema y, pese a que muchos decían que esas eran cosas de Asimov o de Bradbury, algunos empezamos a preocuparnos. Más nos preocupamos cuando en el 2010 empezaron el uso sistemático en los perros y demás mascotas.
— Ahora se acabó el problema de los cachorros que se escapan y uno no sabe por donde buscarlos — decían las señoras gordas contentas de que sus caniches o sus chihuahuas o sus qué sé yo qué perros caros, chicos, ladradores, falderos y estúpidos tuvieran implantados en el cuero un chip que permitía su rastreo inmediato a través de la computadora con uno de los tantos programas “searchermongo” o “findernoséqué” que se vendían como pan caliente en cualquier casa de informática a la vuelta de la esquina.
Si bien por nacimiento pertenezco a la vetusta generación de los que nacieron a mediados del siglo pasado, por decisión me he integrado a los grupos de las postrimerías, es decir, a los que pertenecen a la generación del Pentium, al ya arcaico Windows y los últimos discos rígidos con memoria limitada —¡y entonces 10 gigabytes era una barbaridad! — Siempre usé de la tecnología tratando de que ésta me usase lo menos posible. Cuando poco después del 2000 empezaron a proliferar los cyber body building llevando al extremo la filosofía (¿?) del físico culturismo, la onda ligth y esa estúpida costumbre de reunirse exclusivamente para meterse, y matarse de agotamiento, dentro de una máquina “armacuerposlindos” empezamos a ser rechazados los que manteníamos con orgullo una digna panza de señor cincuentón honorable. Yo me acordaba del “Diario de la guerra del cerdo”, de Bioy Casáres, un viejo libro de la época de los libros en papel, y le decía a mis amigos:
— En cualquier momento les va a molestar que ocupemos espacio y buscarán la vuelta para mandarnos a cuarteles de invierno.
No fue necesario. Cuando en el 2006, por encontrar la vacuna contra el VIH metieron la pata y liberaron el gas de inmunodeficiencia absoluta, los primeros que cagaron la fruta fueron los que tenían más de sesenta. Y los bebés durante diez años. Así que los viejos que quedamos teníamos poco más de cincuenta, todavía conservábamos algunas defensas y no jodíamos demasiado. Pese a las lagrimas de cocodrilo y los tantos discursos hipócritas de lamentación, la sociedad se sintió aliviada: no había viejos que mantener ni niños que cuidar. Diez años de culto absoluto al físico perfecto y a una economía destinada a los elegidos. La selección natural de las especies cumplía una vez más su cometido de dejar a los más aptos. ¡Otra que Hitler! Así fue que, dentro de las tantas pavadas a las que se dedicaron los científicos, volvieron a joder con el asunto del chip de identificación. Basta de documentos de identidad, número de registro, carnet de asociado al club, número de jubilación o cosa parecida. ¡El chip de identificación le soluciona la vida! ¿Son las nueve de la noche y su marido aún no llegó a casa? ¡Pregúntele a la computadora y sepa dónde está! ¿Su empleado tarda mucho en hacer un trámite? ¡Consulte en la computadora de recursos humanos y lo ubicará inmediatamente!
Y la estúpida sociedad estaba de lo más contenta. ¿La privacidad? ¿Para qué quiere privacidad una sociedad perfectamente globalizada en la que el interés común es su único objetivo?
Ese 1 de enero de 2027 en el que el mundo de la gente joven, de cuerpo esbelto y músculos marcados celebraba el más absurdo de los pasos dados por la humanidad en el abismo de la estupidez, descorché una de las viejas botellas de vino que aún conservaba entre mis viejos libros de papel y me emborraché brindando por los recuerdos.
Allá por '99 había conversado con una amiga señalándole que en cualquier momento se impondría el uso de un documento universal. Ya estaba el pasaporte de la Comunidad Europea y se hablaba de la posibilidad de hacer lo mismo con los países de América alineados en los distintos grupos o mercados, como se los denominaba.
—¡Qué divino! ¿Te imaginás? ¡Ciudadanos del mundo! ¡Qué fashion!—concluyó, utilizando una palabra que aborrecía tanto como tanto se usaba en el mundo cholulo. Y mi amiga era muy cholula, pero uno hace algunas concesiones con la gente que le hace creer que es el mejor amante del universo y alrededores.
     ¿No se te ocurre ningún comentario un poco más inteligente?
     ¿Por qué? ¿No te parece divino que no tengamos que andar sacando pasaportes, ni visas, ni nada por el estilo? Pensá en la pobre gente que tiene que ir de un país a otro por negocios o por placer y que a cada rato se tiene que comer colas inmensas, trámites horribles, pérdidas de tiempo por un simple papel.
     Claro, pero eso también significa que todos tus datos van a estar a disposición de los grandes centros de poder quienes, valga la redundancia, van a poder seguir cada paso que des en cualquier lado al que vayas.
     ¿Y? ¿Eso es malo?
     ¿No te podés bajar un rato de tu nube de pedos?
     ¡Ay! ¡Qué grosero!
     Bueno, vamos a ver si me explico: ahora van a comenzar con el documento único universal, vamos a entrar todos en un listado inmenso y pasaremos a ser una letra o un par de letras y algunos números. Para simplificar la cosa y no tener que andar decodificando nombres que al final están al pedo, ya que lo que les importará será solamente el código bajo el cual estaremos registrado, iremos perdiendo la posibilidad de conservar nuestros imperfectos nombres y caducos apellidos que han perdido su razón de ser. En su reemplazo, y volviendo a lo que era en un principio "nunc et semper", tendremos un prefijo que identificará al país, región o como sea que termine llamándose, unas letras que significarán algo y unos números que nos darán un orden dentro del gran orden que pretenden establecer. Dejando jugar a la imaginación, supongo que en unos pocos años más, los niños se saludarán diciendo "Hola PARSA 36 millones" por poner el caso de uno nacido en Paraguay, Sud América y que lleva tal número de orden.
     ¡Vos sos un exagerado!
     Ojalá. Pero aún así soy tímido. La cosa va a ir mucho más lejos. En cualquier momento nos van a poner un chip identificador para poder rastrearnos donde estemos.
     Y está bien, eso significa que podremos saber dónde están nuestros hijos.
     Claro, eso significa que en este momento tu marido sabría dónde estás.
     Sos un hijo de puta.
     ¿Yo? Hijos de puta serán los del chip ¿no te parece?
Fue una pregunta retórica, ya que como única respuesta escuché el portazo que dio al salir.
La cuestión es que hace ya tres años que, para no perder la costumbre adoptada en la era de la normalidad, soy un indocumentado universal.
Condenado a vivir sin pensión, haciendo trabajos para amigos solidarios, sin poder salir ni entrar sino a hurtadillas y escribiendo estas historias por si algún día a alguien se le ocurre reestablecer la enseñanza de la lectoescritura.
Por las dudas de que esto ocurra, quiero dejar un mensaje a la humanidad:
"¡Que se metan el chip en el fondo del culo!"
He dicho.
Oscar Boubée, Las Vegas, 1997



TIENE RAZÓN Y ES COHERENTE


Peter Brabeck-Letmathe, presidente del grupo Nestlé, parte de la premisa de que el agua es un bien de consumo y susceptible de demanda. Si hay demanda, debe haber oferta. Y si uno la tiene y el otro no, el que no tiene debería pagar por ella. Como cualquier comida. O como el petróleo.
Dado que tenemos el Acuífero Guaraní, deberíamos privatizarlo para que, así, quien lo compre venda el agua. Ahora bien, como el acuífero esta bajo todo el territorio paraguayo, deberíamos proponer que se venda todo el Paraguay, total el suelo está vendido a los que producen comida y, vendiendo el subsuelo, se permitiría a quienes lo compren que hagan con el agua lo que quieran.
Ya que estamos, también podríamos vender el volumen excedente sobre el suelo, es decir el aire, y quienes quieran respirar que paguen por él, ya que también es un bien necesario para vivir y, si uno quiere vivir, bien podría pagar por respirar.  No sé de dónde sacó las cantidades de agua a consumir por persona (5 litros para beber y 25 para higienizarse), pero supongo que habrá recurrido a una de sus empresas de elaboración de comestibles. Y si ellos, que saben de negocios, lo dicen, debe ser cierto. Sería interesante saber, por curiosidad, cuántos metros cúbicos de aire nos corresponderían por persona. Claro que habría que determinar, también, cuánto es para respirar normalmente, cuánto para correr y cuánto para reír, por ejemplo, que implica mayor consumo.
Como todo bien susceptible de ser comercializado en el mundo del libre mercado, quienes tengan más dinero podrán caminar, correr, reír, suspirar, dar aliento a sus equipos de futbol… Los demás, deberíamos limitarnos a lo que podamos comprar, quizás, a no más que respirar, sin que se nos ocurra tratar de auxiliar a alguien que necesite respiración boca a boca porque no podríamos utilizar nuestro aire en exceso. Ni podríamos hacer otras cosas que nos agitan y nos hacen respirar más aceleradamente.
Es probable que, junto a las gasolineras, pongan puestos de venta de agua y, de paso, cargadores de aire. Ya se encargarán algunos de abrir sus locales de minicargas.
Sin dudas, también surgirán los negocios paralelos de venta de agua adulterada, aire de contrabando y cosas parecidas, contra las que lucharán los entes encargados de la regulación en defensa de los derechos de los poseedores legítimos.
Yo no estoy de acuerdo, pero no voy a opinar, a ver si por hacerlo me tratan de zurdo que no entiende las leyes del libre mercado.