Hay dinero que huele mal. No, no me refiero al billete que
estuvo guardado entre el pescado. Me refiero al dinero cuyo origen tiene mal
olor. Porque, no me digan que ustedes no huelen cuando hay dinero sucio en
algunos lados. Sí, también es cierto que hay gente a la que cualquier olor le
da lo mismo. Son tan sucios los unos como los otros. Los que tienen dinero
podrido y los que ni se inmutan al convivir con ese olor.
Ayer (domingo 14/04/13. Periodismo Para Todos. Canal 13.
Buenos Aires.) el siempre polémico periodista Jorge Lanata, sacó a la luz pública
algo que andaba rondando entre las sombras. No era que no se veía. No se lo
veía tan claro, simplemente. El informe titulado "La ruta del dinero
K", mostró una supuesta cámara oculta en la que Leonardo Fariña, famoso
por haberse casado con la tan bella como vacua modelo Karina Jelinek, contó
cómo había armado un mecanismo para enviar
más de 50 millones de euros a diversos países del mundo. Pero no era cualquier
dinero. Era dinero de amigos del gobierno. Parece que algunos se habían
molestado con el joven “cadete millonario” porque habría metido la mano en la
lata y él, en contrapartida, le contó a Lanata.
Saltaron nombres, figuras políticas, gente del espectáculo
y, supongo, en el transcurso de la semana, se irán contestando los unos y los
otros, desde el gobierno dirán que es una orquestación del grupo Clarín, los de
Clarín dirán que es una muestra más de la corrupción imperante, Rial dará su
opinión, Ventura dirá que él ya lo sabía y que tiene un video, hasta que el
embarazo de la Princesita de la Cumbia o un nuevo romance de Maradora vuelvan a
captar la lábil atención de la gente y siga el circo mediático.
Mi reflexión surge a partir del hecho de que no puede ser
que los padres, los amigos, los parientes, la gente del barrio de este chico
que pasó de ser un seco a tener un Ferrari no se hayan dado cuenta de que
estaba en algo raro. Dejo acá este asunto. Ya la justicia se encargará de
esclarecerlo. O no.
Veamos nuestra realidad. Es inconcebible que un funcionario
de Aduanas, por ejemplo, con un sueldo de, pongamos, Gs. 4.000.000, pueda tener
Mercedes, camioneta del año, campo, casas… que un militar con sueldo de algo
parecido tenga miles de hectáreas… que…
Todos conocemos a alguno. Todos tenemos algún vecino al que
hemos visto enriquecerse de la noche a la mañana. O un pariente o un conocido.
El dinero no es algo que se pueda tener porque sí, sin
explicación de origen ni justificación de haberlo generado. Y eso es algo que
la gente pareciera no entender. O no quiere entender.
Si uno encontrase un maletín con dinero, no se lo podría
quedar. “…estará obligado, como tal, a restituirla a su dueño o legítimo
poseedor. Está obligado además a informar al propietario y, no pudiendo
hacerlo, avisará a la autoridad policial del lugar o tomará las medidas aconsejadas
por las circunstancias.” (Art.2035. CCP).
Sin embargo, nadie enseña que esto sea así. Tampoco enseñan que no se puede
aducir desconocimiento de la ley para justificar su transgresión.
Volviendo al tema inicial, hay fortunas que huelen mal. Y
seguirán oliendo mal aunque pretendan tapar el olor con perfume francés.
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