lunes, 15 de abril de 2013

EL OLOR DEL DINERO


Hay dinero que huele mal. No, no me refiero al billete que estuvo guardado entre el pescado. Me refiero al dinero cuyo origen tiene mal olor. Porque, no me digan que ustedes no huelen cuando hay dinero sucio en algunos lados. Sí, también es cierto que hay gente a la que cualquier olor le da lo mismo. Son tan sucios los unos como los otros. Los que tienen dinero podrido y los que ni se inmutan al convivir con ese olor.
Ayer (domingo 14/04/13. Periodismo Para Todos. Canal 13. Buenos Aires.) el siempre polémico periodista Jorge Lanata, sacó a la luz pública algo que andaba rondando entre las sombras. No era que no se veía. No se lo veía tan claro, simplemente. El informe titulado "La ruta del dinero K", mostró una supuesta cámara oculta en la que Leonardo Fariña, famoso por haberse casado con la tan bella como vacua modelo Karina Jelinek, contó cómo había armado un mecanismo  para enviar más de 50 millones de euros a diversos países del mundo. Pero no era cualquier dinero. Era dinero de amigos del gobierno. Parece que algunos se habían molestado con el joven “cadete millonario” porque habría metido la mano en la lata y él, en contrapartida, le contó a Lanata.
Saltaron nombres, figuras políticas, gente del espectáculo y, supongo, en el transcurso de la semana, se irán contestando los unos y los otros, desde el gobierno dirán que es una orquestación del grupo Clarín, los de Clarín dirán que es una muestra más de la corrupción imperante, Rial dará su opinión, Ventura dirá que él ya lo sabía y que tiene un video, hasta que el embarazo de la Princesita de la Cumbia o un nuevo romance de Maradora vuelvan a captar la lábil atención de la gente y siga el circo mediático.
Mi reflexión surge a partir del hecho de que no puede ser que los padres, los amigos, los parientes, la gente del barrio de este chico que pasó de ser un seco a tener un Ferrari no se hayan dado cuenta de que estaba en algo raro. Dejo acá este asunto. Ya la justicia se encargará de esclarecerlo. O no.
Veamos nuestra realidad. Es inconcebible que un funcionario de Aduanas, por ejemplo, con un sueldo de, pongamos, Gs. 4.000.000, pueda tener Mercedes, camioneta del año, campo, casas… que un militar con sueldo de algo parecido tenga miles de hectáreas… que…
Todos conocemos a alguno. Todos tenemos algún vecino al que hemos visto enriquecerse de la noche a la mañana. O un pariente o un conocido.
El dinero no es algo que se pueda tener porque sí, sin explicación de origen ni justificación de haberlo generado. Y eso es algo que la gente pareciera no entender. O no quiere entender.
Si uno encontrase un maletín con dinero, no se lo podría quedar. “…estará obligado, como tal, a restituirla a su dueño o legítimo poseedor. Está obligado además a informar al propietario y, no pudiendo hacerlo, avisará a la autoridad policial del lugar o tomará las medidas aconsejadas por las circunstancias.”  (Art.2035. CCP). Sin embargo, nadie enseña que esto sea así. Tampoco enseñan que no se puede aducir desconocimiento de la ley para justificar su transgresión.
Volviendo al tema inicial, hay fortunas que huelen mal. Y seguirán oliendo mal aunque pretendan tapar el olor con perfume francés.

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