Hoy se celebra el Día de la Secretaria. La encargada de
guardar los secretos.
Bien podría ser, hoy, el Día del Secreto.
De secretaria no sé demasiado, ya que si bien tuve muchas,
nunca lo fui.
De periodismo sé, aunque siempre se aprende algo, porque lo
soy desde hace 48 años. Toda una vida. Más que muchas vidas.
Tenía 14 años cuando vi por primera vez, en la sala de redacción
de ese inolvidable primer diario de mi vida, la frase de Haroldo Foulkes que
decía: “Ser periodista, es la forma más divertida de ser pobre”. Y acepté que
esas eran dos condiciones necesarias para ser periodista: vivir de manera
divertida y ser pobre.
Si uno vive la vida como un amargado, no será jamás un buen
periodista. El humor es una de las máximas manifestaciones del ingenio.
Un periodista, es necesariamente pobre. Si no es pobre, dudemos
de él. (Quizás haya honrosas excepciones que no conozco). El dinero tiende a
envilecer. Y un vil, jamás podrá ser buen periodista.
Podemos estar de acuerdo con lo que manifiesta, o no. Puede
gustarnos como habla o escribe, o no. Pero a un periodista debe gustarle lo que
dice y estar de acuerdo con ello. Si no es así, será un amanuense, un lacayo,
un escribiente, un ghost writer, un pluma vendida, un bocón, un… lo que sea,
pero no un periodista.
Para las secretarias que guardan los secretos y los
periodistas que los difunden con responsabilidad, ¡FELIZ DÍA!
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