Veamos que nos dice el propio autor con relación a su libro:
“¿Qué quiero decir con civilización del espectáculo? La de
un mundo en el que el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el
entretenimiento, donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión
universal. Este ideal de vida es perfectamente legítimo, sin duda. Sólo un
puritano fanático podría reprochar a los miembros de una sociedad que quieran
dar solaz, esparcimiento, humor y diversión a unas vidas encuadradas por lo
general en rutinas deprimentes y a veces embrutecedoras. Pero convertir esa
natural propensión a pasarlo bien en un valor supremo tiene consecuencias a
veces inesperadas. Entre ellas la banalización de la cultura, la generalización
de la frivolidad, y, en el campo específico de la información, la proliferación
del periodismo irresponsable, el que se alimenta de la chismografía y el
escándalo.”
No es mucho lo que puedo agregar al respecto. Me resta
invitar a leerlo y reflexionar, como ha sido mi caso, sobre la validez de
diferenciar la “cultura culta” de la “cultura sociológica”, por buscar una
manera de diferenciarlas.
Si bien por un lado coincido con Vargas Llosa respecto de
que hoy por hoy cualquier cosa puede ser “cultura” y cualquier esperpento llamado
“arte”, me preocupa caer en el clisé de valorar a la “alta cultura” (como él la
define) por sobre las manifestaciones populares o limitar al arte a los cánones
ya perimidos, circunscribiéndolo a ciertos modelos heredados del renacimiento.
Te invito a leerlo, no porque sea un libro de conclusiones
sino, por el contrario, por serlo de reflexiones y disensos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario