Primero, veamos qué decimos, cuando decimos insolencia. Tiene
la misma raíz de la palabra insólito: SOL, del verbo soler. (Costumbre de
hacer. Soler hacer tal o cual cosa).
Insolentia en latín significa falta de experiencia pero, también, falta
de moderación,
Para la RAE, insolencia, en su primera acepción, significa atrevimiento,
descaro. Y los insolentes son unos descarados. Es decir, gente que no tiene
cara. Que no les da para poner la cara. Que eluden la responsabilidad. Y
responsabilidad es respuesta. Por eso, porque no responden, son irresponsables.
Muchos insolentes asumen el silencio como respuesta a las
acusaciones. Lo que es una irresponsabilidad. Si miramos el caso de la
Argentina, cabría suponerse que a esta altura de las acusaciones de evasión,
fuga, lavado o lo que fuera de dinero aparentemente vinculado al gobierno o al
gobierno anterior o a algún gobierno, alguien, en nombre del gobierno, debería
decir algo. Porque el que calla, otorga. O permite suponer que calla porque no
tiene cómo defenderse. O, peor, calla, porque el resto de los mortales está por
debajo de su magnificencia y, entonces, no merece ni que le respondan.
Es común observar ciertas conductas atípicas en los canes.
De repente, sin saber por qué, pareciera ser que uno de los pichichos se
confunde al otro con una pichicha y, sin mediar palabra (¡bah! ladrido, gruñido
o algo), procede a un tratamiento análogo al que tendría si fuese una pichicha
en celo y… (¡uf! ¡Ya está! Se entiende ¿no?). La cuestión es que el perro
confundido, al que le toca ser pichicha por un rato, no dice nada, no hace
nada, se queda quietito, mirando para otro lado, haciéndose el perro al que lo están…
¡eso!
Debe ser muy humillante que a uno lo acusen de algo, como
por ejemplo de haber estado en contubernios con un poderoso del que luego
hablará pestes, o haber recibido beneficios inmerecidos, como tierras, por
ejemplo, o haber accedido a un puesto político sin derecho a obtenerlo,
por postularse en un departamento en el
que no vive, o que trabajó de manera encubierta para los poderosos más asociados
a la implantación de las más terribles dictaduras con el más alto precio en
vidas y dolor… Decía, que debe ser muy humillante que a uno le digan todas esas
cosas (y más) y en vez de responder de frente, como debería hacer una persona
con honra y dignidad, quedarse en silencio, callar, no responder, no hacerse
responsable de las acusaciones que recibe. Sé, por haberlo escuchado en algún
caso, que algunos justifican el silencio diciendo que si responden le dan más
trascendencia a la acusación, la hacen más notoria, porque las únicas personas
informadas son las que lo escuchan a él, así que no tiene porqué responder. Que
no debe responder, luego.
¡Qué triste debe ser tener todas las posibilidades para
responder y no hacerlo por creer que así le darán entidad a la acusación! Pongo
el dedo. Tapo el Sol. Mientras tenga el dedo tapando, nadie verá el Sol. Sin
embargo, no alcanza. Antes, cuando las dictaduras (políticas o económicas)
podían condicionar a la comunicación, puede ser que se pudiese tapar el Sol con
un dedo. Hoy, no.
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