jueves, 6 de junio de 2013

GUARANÍ ¿SÍ O NO?

Sí y no. Y todo lo contrario. Los idiomas nacen por necesidad, crecen por conveniencia y se mueren por falta de uso. Si aceptamos esto, el guaraní tiene vida para rato, porque se habla y se seguirá hablando naturalmente por mucha gente. Ahora, si lo quieren matar, que sigan queriéndolo imponer en la enseñanza básica. Nunca escuché a tantos jóvenes decir “¡Odio guaraní!” como cuando lo tienen que estudiar por obligación. Para estudiar, el guaraní es ríspido, complicado, inasible. Usan una gramática prestada del español que no le calza y se esfuerzan por imponer palabras que no se usan ni se usarán.
¿Enseñar en guaraní? ¡Sí, claro! Especialmente en el interior.
¿Alentar el uso del idioma? ¡Sí, claro! Desde los primeros años.
¿Involucrar el idioma con la identidad nacional? ¡Sí, claro! Y organizar concursos, debates, obras teatrales…
Pero, ¡por favor!, no intenten imponerlo por la fuerza.
HAY QUE FORTALECER EL USO DEL CASTELLANO. Esto sí que es imprescindible. Es la única manera de poder tener presencia activa en los foros de la región, negociar adecuadamente, desarrollar el sentido crítico, incorporar el pensamiento filosófico, estructurar adecuadamente el lenguaje. Luego, con un idioma culto desarrollado (y lo de culto es una referencia basada en los años de estudio, reglas y fórmulas universalmente aceptadas, etc., etc.) será más fácil estudiar el guaraní.
De igual modo que estoy convencido de que la enseñanza convencional debe adecuarse a los nuevos tiempos, sostengo con igual convicción que el idioma guaraní necesita de mucho más trabajo por parte de filólogos y expertos en áreas concurrentes como para encontrar una estructura propia, una gramática dinámica y la consecuente elaboración de materiales didácticos modernos apoyados en las TIC, desarrollo de materiales de entretenimiento, ámbitos de apoyo y promoción, y más. Mucho más.


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